La pregunta es bien sencilla: ¿Qué es lo que echamos más de menos de los años de EGB? Algunas respuestas, por sorpresa, coinciden en deia.eus (no se lo pierdan): “Cuando nos llamaban desde las ventanas para volver a casa ”, “jugar con otros niños en la calle, sin pantallas…”, “estar en la calle sin importar las inclemencias del tiempo…”, “las ganas con las que subías a merendar o cenar después de estar toda la tarde jugando…”. Y si esa fue nuestra infancia, ¿por qué no se la estamos regalando a nuestros hijos e hijas? Que lástima añorar algo que nos hizo tan felices y que, a la vez, lo echemos en falta para los nuestros.