AHORA que se cumplen veinte años de la catástrofe por el hundimiento del Prestige, hay que recordar que Alberto Núñez Feijóo llegó pocos meses después al Gobierno de Galicia como conselleiro de Política Territorial en sustitución de Xosé Cuiña, obligado a dimitir acusado de irregularidades en la gestión del desastre, en concreto por algunas “donaciones” de trajes y materiales para la recogida de chapapote. Veinte años no es nada. Cuiña iba para sucesor de Fraga y Feijóo ocupó –y podríamos decir que ocupa– su lugar. Veremos si termina emulando al Rajoy de los “hilillos de plastilina”.