N ese mismo sentido, con esa misma emoción contenida por las palabras grabadas en la dignidad de la Historia, y en la Historia de la dignidad, por boca del primer lehendakari de Euskadi, José Antonio Agirre y Lekube, docenas de años después, 85 exactamente, pero con el mismo alma vital, corazón, alma, convicción, compromiso, lealtad a Euskadi, convencimiento y sentimientos, otro lehendakari, el actual Iñigo Urkullu Renteria, recogió el guante de aquel otro primer lehendakari genuino representante de una generación inigualable, referente y modelo a todos los efectos para las siguientes generaciones de vascos tomó en su mano el testigo y mirando al futuro, recordando el pasado, y con los pies en el presente proclamó un testimonio activo que narro a continuación. Dos lehendakaris, José Antonio Agirre e Iñigo Urkullu, y un triple objetivo, invariable, eterno, el mismo: Euskadi, libertad y democracia. Askatasuna.
En torno al 11 de junio de 1937, es decir pocos días antes de la caída de Bilbao en manos de los fascistas se produjeron durísimos combates entre los sublevados y los gudaris del Batallón Kirikiño del PNV, sección de ametralladoras, y de los milicianos del Batallón Zabalbide de Izquierda Republicana. Por esas fechas se produciría la caída, por traición de Alejandro Goicoechea, monárquico confeso y autor de las infraestructuras de dicho cinturón de Hierro a las manos de los sublevados. El traidor Goikoechea se pasó con armas, bagajes y planos al bando faccioso. Fue el principio de la caída de Bilbao. 85 años, sí. Caída de Bilbao conmemorada el domingo pasado día 19, en La Huella en Artxanda, recordando a los gudaris y milicianos muertos en la batalla que defendieron a costa de perder sus vidas, así como el homenaje sentido al centenario Juan Azkarate heroico último “itsas gudaria” que queda con vida como representante de aquellos gudaris y milicianos que hicieron frente a la poderosa maquinaria bélica franquista desde los humildes pesqueros artillados como buenamente se pudo de la Marina de Guerra Auxliar de Euskadi en la mítica batalle de Matxitxako por ejemplo. 85 años con la mirada al pasado, mirada que nos da pie y sostiene a mirar al futuro. Nunca jamás de nuevo.
Tengo que reconocer que las palabras que pronunció el lehendakari, Iñigo Urkullu, me llegaron al corazón. Me emocionaron sus reflexiones. Cuando oí al lehendakari, Iñigo Urkullu, las palabras que pronunció en Gamiz-Fika en el 85 acto conmemorativo de la caída del llamado Cinturón de Hierro me acordé, lo tengo que reconocer, de mis dos tíos, Benito y Gerardo Bujanda. Cuando oí al lehendakari, Iñigo Urkullu, las palabras que pronunció en Gamiz-Fika en el 85 acto conmemorativo de la caída del llamado Cinturón de Hierro me acordé, lo tengo que reconocer, de un tal Félix Inocencio Bujanda, Inosen, mi aita. A raíz del 18 de julio de 1936 los tres hermanos mencionados se enrolaron en el Batallón Saseta, uno de los 25 del PNV mientras sus tres hermanas, Luisi, Paki y Txaro, cual “niñas de la guerra” abandonaban Euskadi en barco y se refugiaban en tierras europeas seguras. Conocieron de primera mano, fueron testigos, y sufrieron el bombardeo de Gernika en los sótanos de un convento de la villa con su oficial en jefe Joseba Elósegi.
Benito Bujanda, teniente de ametralladoras del mencionado Batallón Saseta murió en combate cuerpo a cuerpo con los facciosos en Peña Lemona un 2 de junio de 1937.Mi otro tío Gerardo Bujanda y mi aita Inosen Bujanda fueron apresados en Santoña por los italianos de Mussolini y posteriormente trasladados, el aita a la cárcel de El Dueso de Cantabria y posteriormente a Puerto de Santa María en Cádiz, mientras que el tío Gerardo pasó su particular cautiverio en los llamados Batallón de Trabajadores. Al volver a casa años después ambos dos “reincidieron” en su lucha afanosa a favor de la libertad, la democracia y el autogobierno de Euskadi. Ambos dos formaron parte de la llamada “resistencia vasca” conociendo y sufriendo sucesos y vicisitudes algunos incluso espectaculares de huidas desesperadas y persecuciones varias. Nadie ni nada los detuvo.
Me acordé de ellos sí, cuando le escuché al lehendakari, Iñigo Urkullu, las palabras que pronunció en Gamiz-Fika en el acto conmemorativo mencionado en el que se descubrió un monolito conmemorativo. Acto que el lehendakari, Iñigo Urkullu, aprovechó para reconocer el compromiso de toda una ejemplar y generosa generación y reivindicar la dignidad y los valores éticos y democráticos.
Extracto las emotivas palabras que pronunció y afirmó sentidamente, y que más me llegaron al mismo corazón de mis sentimientos y convicciones:
“Apostaron por la defensa de una causa justa: la democracia, el autogobierno, nuestros derechos y libertades, la justicia social. Lucharon por nosotras y nosotros, por su país, por Euskadi. Cayeron en nuestros montes, en las trincheras, en la defensa de nuestros pueblos y ciudades. Entregaron su vida, su bien más preciado. Miles y miles de demócratas pagaron su compromiso con la cárcel, la represión y el exilio. Fueron, fuimos, militarmente derrotados. Sí, pero ganaron, ganamos, la batalla más importante: Dignidad, Justicia, Razón, Valores. Hoy honramos su memoria y la victoria de sus principios. Reconocemos el compromiso de toda una generación que es motivo de orgullo para todas y todos. Nuestra dignidad descansa también en este cinturón, en estas trincheras, en fosas como la de Elortatxu. Hoy en Gamiz-Fika cumplimos un deber institucional y social, un deber político y ético: Restituir la verdad. Una verdad que, durante cuarenta años, fue falseada y manipulada. Restituir la verdad y restituir la dignidad. Lo hacemos de la mano, instituciones y sociedad, con este acto de recuerdo, reconocimiento y homenaje: Bihotz bihotzez, eskerrik asko! Les tenemos en nuestros corazones, forman parte del patrimonio colectivo moral de nuestro País. Izan zirelako gara! Lekukoa jaso eta gure konpromisoa berritzen dugu. Gaur ere sigue siendo una causa justa, digna y ejemplar. Horregatik, guztiagatik: haien konpromisoa eta sufrimendua, guretzat, guztiontzat, eredu bat da eta izango da. Bihotz bihotzez, eskerrik indartsuenaren legea kondenatu behar dugu. Totalitarismoei aurre egin behar diegu. Printzipio eta balio etiko eta demokratikoak aldarrikatu behar ditugu.. Beharrezkoa da giza eskubideak defendatzea. Beharrezkoa da gure herriaren orainarekin eta etorkizunarekin konpromisoa aldarrikatzea. Recogemos su testigo y renovamos nuestro compromiso. Sigue siendo necesario reivindicar los principios y valores éticos y democráticos. Defender los derechos humanos frente a su sistemática vulneración. Construyamos la convivencia y la paz. Proclamamos, 85 años después y en su recuerdo el compromiso con el presente y el futuro de Euskadi”
Tras su intervención tuvo lugar el acto de entrega de los restos de un combatiente del ejército Vasco, Eusko Gudarostea, al Ayuntamiento de Gamiz-Fika. Un recuerdo íntimo e intransferible a todos aquellos gudaris que lo dieron todo en la defensa de los principios en los que creían. Un recuerdo a todos aquellos que durante la dictadura y el franquismo, que no se vendieron, alquilaron ni realquilaron. A aquellos/as que resistieron contra viento marea.
Aquellos y aquellas que jamás perdieron la esperanza. Miro al cielo, cierro los ojos y expreso mi solemne y eterno agradecimiento a todos ellos y ellas. Agur osaba Benito, agur osaba Gerardo, agur aita Inosen. Aberri eta Herri txikien egun handirarte. Izan zinetelako gara, eta ziur izan, garelako izango direla. Katea ez da eten, ezta etengo ere. Ez adiorik, beti arte baizik!