E van a perdonar los eurofans, pero a mí la propuesta de Chanel, SloMo, con la que ha representado a España en Eurovisión no me ha gustado nada. Tengo que reconocer que no seguí la gala en directo pero no he podido escaparme de verla estos días prácticamente en todas las cadenas televisivas. La cantante catalana de origen cubano llegó a conseguir la máxima puntuación de 12 puntos en ocho ocasiones con una puesta en escena -reconozco- muy buena y dinámica. El chanelazo convenció a países como Armenia, Irlanda o Australia, pero dudo que en Sidney, Ereván o en Dublín alguien haya entendido la letra que, en mi opinión, no es tan inocente. “Les vuelvo loquito’ a todos los daddie’. Voy siempre primera, nunca secondary. Apena’ hago doom, doom con mi boom, boom. Y le’ tengo dando zoom, zoom on my yummy”, cantaba Chanel a toda Europa, a golpe de su boom, que no paraba de mover. Como mujer, creo que SloMo perpetúa estereotipos sexistas, nos hipersexualiza y nos cosifica. Además, jugar con algunos términos puede resultar delicado. Porque daddy, además de ser un término coloquial para referirse a los hombres, en algunos ambientes, es un hombre de cierta edad que tiene sexo con mujeres jóvenes a cambio de regalos. Cuanto menos, la letra de la canción es desafortunada y, desde luego, peligrosa.

mredondo@deia.eus