Abiapuntua

Para primer reto -la diversidad funcional- se ha seguido el método de la inmersión, llevando a los jóvenes a experimentar lo que es vivir sin ojos, sin piernas y sin oídos ni boca junto a quienes de verdad tienen deficiencias visuales, auditivas y de movilidad y las padecen con incontables obstáculos. Aunque ante este problema existe mucha comprensión y poco rechazo, se evidencia la enorme carencia de adaptaciones sociales para su plena integración. Lo peor para ellos, lo que más les duele, es la mirada de conmiseración, nuestra lástima. La compasión, tan católica, siempre fue inútil.

Mirarse al espejo de la realidad como propone Abiapuntua nos lleva a reconocer que detrás de toda maldad hay ignorancia, miedo, frustración y repugnancia que nacen del peor de los sentimientos, el de superioridad, esa arrogancia de creernos mejores que los demás por poder, raza, cultura, economía e ideología. Estos son los microfascismos, materializados en palabras, gestos, actitudes, que serán desigualdad y votos de odio para Vox. Vigila tus rencores, amigo, y cuidado con tus burlas.