NO fue un buen resultado, para nada. Todos acudimos a San Mamés con la ilusión de ver ganar a nuestro Athleticy probablemente al Real Madrid más sólido de los últimos años. El guion saltó por los aires en los primeros minutos y el dibujo de partido no fue seguro el que los técnicos diseñaron en las pizarras. Benzema es un fenómeno, de ahí la ovación de La Catedral, el gol que hizo fue digno de un genio, pocos están facultados para firmar semejante obra de arte. Cuando saltas al campo y al minuto seis pierdes en casa ante el mejor equipo del campeonato por cero goles a dos, hay dos opciones, el "tierra trágame" o el a por todas que somos el Athletic y jugamos en nuestro campo. Felizmente los rojiblancos optaron por la segunda opción.

Desde el segundo de Karim asistimos a un derroche, una vez más, de trabajo, entrega, orgullo y fútbol que llegaron a la grada y de qué manera. El equipo de Marcelino puede ganar o perder pero su seña de identidad es clara. Más allá de los gustos individuales por unos y otros, la nómina de futbolistas aumenta y el minutaje por una cosa u otra aumenta en todos los sentidos. Si algo tiene claro todo el personal es que la pinta de este equipo a futuro supera cualquier previsión. El peaje que se está pagando ahora en cuanto a resultados tiene su justificación a futuro, por lo menos yo lo veo así. Tras el partido el míster se mostró optimista de cara al final de LaLiga de seguir en esta línea y no es para menos. Poco premio para lo mucho hecho, pero esto seguro que cambia.

Se cierra un año en el que han pasado muchas cosas y en el que faltan puntos. Hablar de méritos a los negacionistas no gusta, pero la realidad está delante de nosotros, en la mayoría de los partidos el Athletic ha dispuesto de ocasiones suficientes como para tener más puntos en su casillero. El gol ha faltado y en los últimos dos partidos ha asomado, espero que tras comer las uvas podamos disfrutar de ellos y con diferentes goleadores.

Debemos ser conscientes del cambio generacional al que estamos asistiendo, la paciencia debe ser una constante en todos nuestros análisis y por supuesto la exigencia, que debe haberla, tiene que estar condicionada a los pasos a dar con todos los chavales. La Primera División es muy exigente y una mala decisión o una excesiva precipitación con ellos puede impedir que el objetivo final no llegue a su fin. Me ilusiona el equipo y me enorgullece con su actitud. Zorionak a todos y Aupa Athletic.