E equivocará Pedro Sánchez si piensa que el blindaje de su presidencia es una garantía de permanencia. Que haga limpia en su gabinete de aquellos que representan los factores de su desgaste -Ábalos por su desgaste, Calvo por la tensión con el socio, Campo por los indultos, González Laya por la tensión con Marruecos, Redondo por las fallidas operaciones de censura- no acaba con la necesidad de consolidar sus apoyos externos. En el bunker se oyen menos los cañonazos pero siguen ahí. Y su necesidad de una mayoría no la satisface con su equipo de gobierno. Su sostenibilidad está en Euskadi y Catalunya.