EDÍA ayer Mertxe Aizpurua que quien reclama a EH Bildu que condene la violencia y no solo la rechace le explique el porqué. Ahí va. La transformación estratégica de la acción política de la izquierda independentista ha requerido abandonar el silencio; incluso la justificación explícita de la violencia de ETA -el derecho de rebelión ante la dictadura y tal-. Bien por ellos. Eso le lleva a Sortu a rechazar hoy la lucha armada. Pero la condena es una posición ética, de desmarque radical del pasado que no es capaz de hacer y arroja sombras sobre sus principios de cara al futuro. ¿Aclarado?