STIRANDO el guion de la investidura catalana hasta el martes convergen dos choques de trenes desde hace tiempo, entre el propio independentismo y el que le enfrenta al Estado. El primero es un enredo agónico donde uno y uno no parecen sumar dos pero se necesitan mientras que el segundo hace tiempo que descarriló. Todo socaban a todos y además según su propio escenario personal: Puigdemont en su huida, Borrás en su imputación y ERC intentando llevar a Junts al posibilismo. La investidura no será fallida pero aquí no puede haber más rehenes.