O porque lo diga por enésima vez la ONU. La del cambio climático es una emergencia porque, tras años siendo un problema importante, ya es hora de admitirlo como urgente. O sea que, emerger, no emerge ahora pero la tibieza pasada es el caldo de la necesidad inminente. El problema de esta emergencia es que choca con realidades obcecadas. Contener el deterioro climático se mide en gasto, en empleos y en capacidad tecnológica. Nadie anda sobrado de lo primero, ninguno está por reducir los segundos y no todos disponen de la tercera. Pero emergencia exige reacción. No esperar a que nos salven.