N el fragor del momento a Arkaitz Rodríguez se le infló ayer el verbo. Quizá nunca sepamos si el cabreo lo llevaba por la indigestión de bilis vertida en el pasado contra el PNV y desayunada ayer cuando Otegi presentó a EH Bildu como garante de la gobernabilidad española -ese presupuesto garantiza dos años más de legislatura al PSOE-. El caso es que fue al Parlamento vasco tratando de convencer a nadie más que a los suyos de que la cabriola de 180 grados regalada por la izquierda abertzale al Gobierno español servirá para "tumbar el régimen". Tumbarlo, sí; y acunarlo durante dos años.