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Mesa de Redacción

Concha Lago

'Self service' bancario

A crisis sanitaria ha dado a los bancos la coartada perfecta para el self service. Ya es posible asistir a conferencias, o hacer yoga en las sucursales, pero mejor no vayas a realizar una transferencia, o un reintegro porque te sacarán el dedito. Los primeros meses de pandemia nos pareció normal que las entidades recortaran sensiblemente su horario de atención. Nadie se perturbó porque solo se pudiera hacer gestiones hasta las 12.00. Total, ya nos habían acostumbrado a madrugar para pagar recibos en ventanilla. Pero la desescalada se ha consumado, la vida ha vuelto a la nueva normalidad, el cliente necesita (déjenlo simplemente en le da la gana) hacer trámites de forma presencial y algún banco ha decidido chapar la caja a las once de la mañana. ¡Todo un récord en prestación de servicios! El otro día, sin tener conocimiento de la restricción horaria, fui a uno a las 11.30 a por dinero en metálico. Y me mandaron a freír espárragos. Resignada a conseguir una cantidad inferior a la reclamada, no pude operar en el cajero porque estaba puntualmente sin servicio y fui incapaz de hacer la transferencia on line porque la app me bloqueó la contraseña. El móvil se atoró (más bien me atoré yo) y me quedé literalmente en bragas. En estos tiempos de fusiones bancarias, concentración y absorción, en los que se cerrarán por tanto sucursales y se despedirá a mogollón de peña; una pregunta: ¿Para cuándo la fusión del Congreso y el Senado?

clago@deia.eus