LA historia no se repite, se plagia, amoldada a nuevas realidades. No es difícil entender y sentir el drama que han vivido los migrantes del Open Arms y el que viven los del Ocean Viking. Pongámonos aquí mismo, en Euskadi. Recordemos. Miles de niños refugiados vascos -quizá usted, quizá su madre...-, los niños de la guerra, embarcados en el Habana rumbo a Francia o Gran Bretaña. Aun sin el riesgo de naufragio, imaginemos que un Salvini cualquiera impide su entrada a puerto. De aquí para allá. Nadie los quiere. Indiferencia. Veinte días. Recordar es salvar. Y salvarnos.