Como siempre algunos empresarios siguen sin dar las protecciones debidas a sus empleados para trabajar con productos y materiales peligrosos, tóxicos o cancerígenos. Los hay muy variados y en muchas empresas y los empleados no lo saben, como ocurrió hace muchos años con el amianto, cuando la gente lo manejaba como si fuera un material normal y ahora, a los treinta o cuarenta años, de repente les diagnostican un cáncer incurable. Es algo que no podemos olvidar, pues no hay derecho a que gente sana de repente, en poco tiempo se muera, como mi marido (y varios compañeros de trabajo y de muchas otras empresas), que estaba sanísimo cuidándose en la alimentación y bebida, haciendo vida sana siempre de monte, playa y naturaleza, de repente le diagnostican un mesotelioma epitelial, o sea, cáncer de pleura sin tratamiento curativo que se conozca. No hay derecho a que se lleven así de repente la vida de una persona, sin poder seguir disfrutando de la vida, de su familia, de sus amigos, que tanto le gustaba, y dejándonos solos, sin marido, sin padre, sin atxona, sin hermano, tío, amigo, etc. No se merecía morir así de joven, después de estar toda la vida trabajando en una misma empresa. Por cierto, el próximo domingo, día 28, en el programa de Jordi Evolé que emitirá La Sexta se va a hablar del amianto. Veámoslo y nos enteraremos de muchas cosas que todavía desconocemos.