Si hoy se hiciera una encuesta de calidad entre los usuarios de la línea de ferrocarril de Bilbao a Santurtzi y Triano sobre el servicio que presta, en términos generales, este quedaría en un lugar privilegiado: los horarios se cumplen, la limpieza igual y así otros muchos detalles, pero existe a lo largo de toda la línea unos puntos negros que a pesar de la protesta a nivel de calle, parece que la empresa no lo quiere abordar.
He trabajado 44 años en la empresa Renfe sufriendo una lamentable precariedad en todos los sentidos: sueldos irrisorios, condiciones ínfimas de trabajo y así muchos etc. Sin descansar, con la sola obsesión de salir algún día del lamentable subdesarrollo que nos desenvolvíamos para nuestro bien y a su vez mejorar la calidad del servicio al viajero. Se ha conseguido mucho, pero puntos negros como el que me refiero no debemos dejar pasar.
En Peñota el andén forma una curva muy cerrada. El hueco entre el tren y el andén es tan considerable que una viajera en la parada del tranvía hacia Bilbao en su afán por meter el coche del niño, este quedó atrapado medio cochecito al cerrar la puerta del tren para marchar sonando a la vez la señal de marcha. El que esto suscribe que en ese instante estaba ayudando a la señora a meter el cochecito, me lancé frenéticamente hacia el centro del andén voceando y girando los brazos para ser visto por el conductor con evidentes señales de alto. Hubo un pequeño exceso de parada, lo que se aprovechó para introducir el cochecito y colocarnos en nuestros asientos, continuando el viaje sin más novedad.
Este suceso ha ocurrido en la estación de Peñota a las 20.20 del sábado 20 de julio 2013.
Antonio Díaz García