El desgobierno del desempleo
Los datos de la EPA rompen las previsiones del Ejecutivo López, desmienten su iluso horizonte de recuperación y cuestionan un proyecto de presupuestos que añade dudas a su capacidad para corregir el incremento del paro el próximo ejercicio
EL tercer trimestre del año ha terminado por romper todas las previsiones del Gobierno que preside Patxi López -también las del Gobierno español- respecto a la crisis, la supuesta recuperación económica, la hipotética creación de empleo y el iluso horizonte de crecimiento que sus responsables económicos llegaron a dibujar para el último tercio de este año hace apenas unos meses. La realidad es que aquella crisis de la que según López habíamos salido ahora hace un año y el paro que según el consejero de Economía, Carlos Aguirre, iba a corregirse al cierre de 2011, se recrudecen una vez más y dejan en la más absoluta inopia a la política económica de los socialistas también en Lakua. La Encuesta de Población Activa (EPA) no solo ha situado el desempleo en el Estado en 4.978.300 parados (a los que habría que añadir otros 55.000 una vez corregidas las cifras de la estacionalidad, es decir, más allá del techo de los cinco millones); en lo que respecta a Euskadi añaden 6.700 parados entre julio y septiembre pese al éxito turístico de la campaña veraniega. Es decir, el escalofriante dato de que uno de cada 140 trabajadores vascos ha perdido su trabajo. Uno de cada ciento cuarenta. Pero, siendo más que grave el deterioro de la tendencia, que ya era evidente en los datos facilitados por los servicios de empleo y el Ministerio de Trabajo hace algo más de un mes, cuando Lakua relativizaba aún que la destrucción de empleo en la Comunidad Autónoma Vasca alcanzara ritmos muy superiores a los del Estado -la subida interanual en la CAV es ya del 23,85% por el 8,8% de la media estatal-, lo ciertamente preocupante es la total ausencia no ya de iniciativas prácticas sino hasta de propuestas teóricas para frenar dicho deterioro por parte del Ejecutivo aun cuando desde hace diez meses cuenta con los instrumentos necesarios tras el logro por el PNV en la negociación presupuestaria en Madrid de la transferencia de las políticas activas de empleo que potencian Lanbide. Con una tasa de desempleo del 12,7% y tras haber añadido cuarenta mil parados a las listas de desempleados, no basta con escudarse en que la situación sigue siendo mejor que la del Estado, ni tampoco con medidas puntuales y localmente paliativas como las que se anuncian desde el Departamento de Empleo. Es preciso arbitrar toda una política de incentivos y fomento de la inversión que, sin embargo, sigue brillando por su ausencia en el proyecto de presupuestos presentado por López. Y ello, junto a la certeza de que el Gobierno López solo ha sido capaz hasta la fecha de trasladar a Euskadi las erradas políticas del ejecutivo socialista en el Estado y ante el más que previsible cambio de gobierno, y de diseño económico, en Madrid; dibuja un marco inmediato de incertidumbre. Y no hay nada que contribuya más a agravar la crisis que la incertidumbre.