Evitar las zonas de agua

Los insectos se acumulan donde se estanca el preciado líquido origen de toda vida. Por ejemplo, los mosquitos usan las zonas con agua para depositar sus huevos. En cambio, otros insectos, como la mosca negra, prefieren las zonas de agua corriente, como los ríos. En cualquier caso, mantenerse lejos de ellas es una buena idea.

Usar ropa ligera y de colores claros

Para prevenir las picaduras lo mejor es evitar llevar la piel expuesta. Por ello, siempre que se pueda es recomendable usar ropa ligera y de colores claros que cubra lo máximo posible, especialmente por las noches, que es cuando más actividad tienen nuestros molestos compañeros.

Proteger a nuestras mascotas

Los animales son los otros grandes afectados. Hay distintos tipos de productos antiparasitarios para ellos que pueden combinarse entre sí para una protección más completa, especialmente si van a estar al aire libre: collares, pipetas y espráis repelentes. Estemos atentos, porque nuestras mascotas sufren.

Llevar siempre repelente

El repelente debe ser nuestro compañero inseparable en verano, especialmente para los niños y si vamos a pasar tiempo al aire libre y en zonas con vegetación. En el caso de la mosca negra, los más efectivos son aquellos que contienen dietiltoluamida (DEET) con una concentración mínima del 45%. Y hay que usar, además de los repelente transportables, los fijos de casa, que en su mayoría se enchufan a la corriente eléctrica y son de lo más efectivos.

Tener plantas que alejen a los insectos

Por ejemplo, la citronela es una de las más eficaces contra todo tipo de ellos, pero hay muchas más: albahaca para los mosquitos y las moscas, lavanda para las pulgas, menta para los mosquitos y las hormigas o romero para mosquitos y polillas.

Tomar un extra de vitamina B

Poca gente sabe que la vitamina B es capaz de repeler los mosquitos, por lo que tomar alimentos ricos en este nutriente, como arroz, legumbres, hígado, salmón, sardinas, huevos, cereales integrales y verduras de hoja verde (espinacas, acelgas, brócoli) o multivitamínicos que lo incluyan, consiguen que el sudor se vuelva más ácido y desprenda un olor que resulta desagradable para los insectos. 

Saber tratar las picaduras

Si ya nos han picado, lo primero que debemos recordar es no rascarnos para evitar posibles infecciones. Hay que lavar la zona con agua y jabón y poner un poco de hielo para bajar la inflamación. Después, se puede aplicar una pomada o crema para aliviar el picor. Si continúan las molestias, se puede recurrir a una pomada o crema antiinflamatoria o antihistamínica. En el caso de las odiadas (y este año muy extendidas) garrapatas, hay que tener cuidado a la hora de retirarlas porque se quedan enganchadas en la piel. La mejor forma de hacerlo es con unas pinzas pequeñas, como las que se usan para depilar, y agarrarlas lo más cerca posible de la piel para no aplastarlas. Hay que tirar de ellas hacia arriba, lentamente, hasta que se desenganchen. Después, hay que lavarse bien las manos, limpiar la zona con agua tibia y jabón y curarla con alcohol sanitario o povidona yodada.