La Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), organización creada bajo el auspicio del Gobierno de Donald Trump para gestionar la distribución de ayuda en la Franja, ha cesado sus operaciones tras seis meses marcados por la polémica, el caos y numerosos episodios mortales.

El anuncio de cierre llega acompañado de un comunicado en el que la entidad reconoce que no logró abrir más centros de distribución, pese a que presume de un supuesto “éxito” operativo que contrasta con las denuncias de las organizaciones internacionales.

Fuentes humanitarias consultadas por EFE señalan que la GHF habría detenido su actividad tras el alto el fuego entre Israel y Hamás del 10 de octubre.

Irrupción tras las acusaciones de Israel contra la ONU

La GHF —una organización estadounidense integrada por exmilitares, empresas de seguridad y operadores humanitarios— surgió después de que Israel acusara sin pruebas a agencias de la ONU de permitir un presunto saqueo de alimentos por parte de Hamás.

El gobierno israelí asignó a esta entidad la distribución de víveres en sustitución de las agencias internacionales.

La Administración Trump la presenta como un logro

Desde su creación, la Administración Trump defendió públicamente el modelo de distribución militarizado de la GHF.

“El modelo de la GHF, en el que Hamás ya no podía saquear ni lucrarse robando la ayuda, fue clave para alcanzar el alto el fuego”, celebró el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Tommy Piggot, tras anunciarse el fin de operaciones.

“Repartos convertidos en masacre”

La entrada de ayuda a Gaza estuvo totalmente bloqueada entre marzo y mayo, y cuando la GHF comenzó a operar, adoptó un sistema de distribución altamente militarizado.

Human Rights Watch lo definió en agosto como “repartos de comida convertidos en baños de sangre”.

Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, 2.600 personas murieron y 19.000 resultaron heridas entre finales de mayo y principios de octubre intentando conseguir comida en los puntos de la GHF o durante saqueos de camiones.

La ONU calcula que 859 personas murieron solo en junio y julio cerca de los centros gestionados por la fundación.

Los cuatro centros operativos que llegó a tener la GHF —frente a los 200 de la ONU— se transformaron rápidamente en escenarios de caos, estampidas y violencia, con uso de fuerza letal, según verificó EFE en terreno.

Cifras sin verificación y severas críticas

Un portavoz de una prestigiosa ONG internacional afirmó a EFE que la actuación de la GHF “socavó el sistema internacional de ayuda humanitaria incorporando armas para controlar a personas en situación de hambruna”.

Pese a ello, la fundación sacó pecho de cifras que ningún organismo independiente ha corroborado, asegurando que distribuyó más de 3 millones de cajas de alimentos y 187 millones de comidas para más de 2 millones de gazatíes.

Hambruna declarada en el norte de Gaza

Tres meses después de la llegada de la GHF, un comité de organismos humanitarios avalados por la ONU declaró la hambruna en el norte de Gaza.

Según Unicef, en agosto casi 4 de cada 10 gazatíes reportaron “días sin comer”.

Y entre la declaración de hambruna y el alto el fuego, las autoridades gazatíes registraron 185 muertes por hambre, 42 de ellas niños.

La ONU retomará el control de la ayuda

Organizaciones humanitarias internacionales indicaron a EFE que esperan que los repartos vuelvan a estar bajo el mecanismo de Naciones Unidas, instaurado por mandato del Consejo de Seguridad tras el alto el fuego. Sin embargo, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) denunció el 22 de noviembre que todas las misiones destinadas a recoger cargamentos en Kerem Shalom fueron denegadas, pese a que el organismo exige una entrada diaria de 600 camiones para cubrir las necesidades básicas del enclave.