El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, afirmó ayer que la anexión de la península ucraniana de Crimea por Rusia en 2014 demuestra que el presidente ruso, Vladímir Putin, nunca se contentará con obtener solo una parte de Ucrania. “Algunos argumentaron que si tan solo Ucrania entregase Crimea, Putin estaría satisfecho y la amenaza de la agresión rusa cesaría”, dijo Blinken en el cuarto encuentro de la Plataforma de Crimea, al que asistió durante una visita a Kiev. Blinken viajó a la capital ucraniana en compañía del ministro de Exteriores británico, David Lammy, para reunirse con su nuevo homólogo ucraniano, Andrí Sibiga, que reemplazó hace una semana a Dmitró Kuleba.
La agresión rusa desde 2014 demuestra, sin embargo, –continuó Blinken– que Putin nunca quedará “saciado” solo con parte del país. “Lo quiere todo. Lo ha dicho abiertamente; ha dicho que quiere reconstruir el imperio ruso, poner fin a la propia existencia de Ucrania”, destacó el secretario de Estado.
La situación actual en Crimea también ilustra cómo gobierna Rusia los territorios que conquista, aseguró, y apuntó a las restricciones a la libertad de prensa, la tortura y desaparición de activistas y defensores de los derechos humanos y la represión de la minoría tártara, entre otros.
“Así es como Rusia gobierna toda parte de Ucrania que está bajo su control. Y es lo que podemos esperar que haga Putin cuando quiera y dondequiera que tome territorio ucraniano”, enfatizó.
Pero Blinken subrayó que Crimea es también “gran parte del motivo por el que los ucranianos luchan” y constituye también la historia de la “tenacidad” y “perseverancia” de Kiev.
Desde el inicio de la guerra, Ucrania ha expulsado a la flota rusa del oeste del mar Negro y ha logrado reabrir el corredor marítimo de exportación, señaló, y ahora, con las armas proporcionadas por sus aliados, entre ellas misiles de largo alcance, está atacando objetivos rusos en la península anexionada.
“En Crimea y en toda Ucrania los ucranianos luchan por el derecho inalienable de los pueblos de elegir su propio futuro y de que se respeten sus derechos humanos”, remachó.
Ayuda británica
Por su parte, el ministro británico de Asuntos Exteriores, David Lammy, anunció más de 600 millones de libras (710 millones de euros) de ayuda a Ucrania. Esta cantidad incluye 242 millones de libras (286 millones de euros) ya anunciados para 2024-2025 que cubrirán “necesidades humanitarias, energéticas y de estabilización inmediatas”, así como proyectos de reconstrucción, indicó el Foreign Office en un comunicado.
A esto se añade “el despliegue de 484 millones de dólares (unos 439 millones de euros) en garantías de préstamos para créditos del Banco Mundial antes de fin de año”, lo que contribuirá al pago de servicios públicos ucranianos vitales como escuelas y hospitales, los funcionarios públicos y las pensiones. “La valentía y la resistencia del pueblo ucraniano son una fuente de inspiración”, afirmó Lammy.
Paz justa y duradera
En el encuentro participó también el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que destacó que una paz “verdadera, justa y duradera” para Ucrania debe incluir necesariamente la recuperación de Crimea.
“La paz verdadera no puede tener alternativas. Ni ocupaciones congeladas, ni gente dejada en cautiverio, ni represiones olvidadas que aparentemente son perdonadas por el mundo”, dijo a los participantes, entre los que se encontraban varios representantes de Gobiernos europeos, además de Blinken.
“Ucrania no canjea su territorio ni abandona a su gente”, enfatizó, tras recordar la represión a la que se ve sometida la minoría étnica de los tártaros de Crimea por parte de las autoridades instaladas por Rusia.