El Gobierno de Haití anunció ayer la declaración del estado de emergencia y un toque de queda durante los próximos tres días ante la ola de violencia registrada en la capital, Puerto Príncipe, y exacerbada durante los últimos días, con asaltos a prisiones y fugas de miles de presos. La oficina del primer ministro haitiano, Ariel Henry, señaló que la medida, que podrá renovarse, afectará al departamento del Oeste (donde se encuentra la capital y con una población de 4 millones de habitantes) durante 72 horas y tiene el objetivo de “restablecer el orden” y tomar las medidas oportunas para recuperar el control de la situación”. Asimismo, establece un toque de queda de 18.00 a 05.00 horas hasta este miércoles.

En este sentido, afirmó que ha tomado la medida “debido al deterioro de la seguridad, particularmente en el área metropolitana de Puerto Príncipe, caracterizada por actos criminales cada vez más violentos perpetrados por bandas armadas, provocando movimientos masivos de población, y consistentes en secuestros y asesinatos de ciudadanos pacíficos, violencia contra mujeres y niños, saqueos y robos de bienes públicos y privados”.

El Ejecutivo, a través del ministro de Economía haitiano, Michel Patrick Boisvert, subrayó que este decreto tiene lugar después de los ataques perpetrados durante la noche del sábado “por bandas armadas contra los dos mayores centros penitenciarios del país”, ataques que se saldaron con “muertos y heridos” entre la Policía y el personal penitenciario, así como “presos peligrosos y vandalismo”.

La Policía utilizará “todos los medios legales a su disposición para hacer cumplir el toque de queda y detener a todos los infractores”. El toque de queda no se aplica a las fuerzas de seguridad, personal sanitario y periodistas identificados.

Poco antes, el gabinete de Henry, aplaudió el “coraje de los agentes de la Policía” y prometió “rastrear a los presos fugitivos, arrestar a los responsables de estos actos criminales y a sus cómplices para restablecer el orden público”.

“La Policía, ante los ataques de delincuentes fuertemente armados que quería a toda costa liberar a las personas detenidas por casos de secuestro, asesinato y otros delitos graves, no dudando en ejecutar a civiles, quemar y saquear propiedades públicas y privadas, gracias a diversas connivencias, no logró impedir que los bandidos sacaran a un gran número de prisioneros”, señaló. Las bandas criminales de Haití asaltaron el sábado la Penitenciaría Nacional y la prisión civil de Croix des Bouquets, liberando a un número no especificado de presos. La primera de ellas albergaba a casi 4.000 personas en un espacio reservado a entre 800 y 1.300 presos, aunque se calcula que se han fugado el 97% de los presos.