El Ejército de Israel ha asaltado este jueves el Hospital Naser, en Jan Yunis, en el sur de Gaza. Tel Aviv para justificar su decisión asegura que tenía "información creíble" de los servicios de inteligencia de que Hamás mantiene ocultos en ese centro médico a algunos de los rehenes israelíes.

"Disponemos de información creíble procedente de diversas fuentes, incluidos rehenes liberados, que indica que Hamás mantiene rehenes en el hospital Naser de Jan Yunis y que puede haber cuerpos de nuestros rehenes en las instalaciones del hospital", asegura un comunicado castrense.

El Hospital Naser es el mayor centro médico del sur de Gaza, y el más grande que queda operativo en todo el enclave palestino.

Mientras tanto, las autoridades de la Franja de Gaza, controladas por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), han acusado este jueves al Ejército de Israel de convertir en "un barracón militar" el Hospital Naser, situado en la ciudad de Jan Yunis (sur), poco después de que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaran un asalto en las instalaciones.

"El Ejército de ocupación israelí irrumpe en el Complejo Médico Naser y lo convierte en un barracón militar tras demoler el muro sur y entrar a través de él", ha dicho el portavoz del Ministerio de Sanidad gazatí, Ashraf al Qidra, a través de un comunicado publicado por la oficina de prensa de las autoridades de Gaza en su cuenta en Telegram.

Así, ha acusado al Ejército israelí de "atacar el punto de ambulancias y las tiendas de campaña de los desplazados" y ha asegurado que han abierto fosas comunes en las instalaciones y que "están forzando a los desplazados y a los familiares de los trabajadores médicos a irse bajo bombardeo y amenazas".

"La ocupación ha pedido a la administración del Complejo Médico Naser que traslade a todos los pacientes, incluidos los de unidades de cuidados intensivos y maternidad, al antiguo edificio, incluidos seis pacientes que están conectados a respiración artificial", ha dicho Al Qidra.

Poco antes, el Ejército israelí había confirmado la entrada de tropas en el hospital, después de varios semanas de asedio y pese a los avisos del personal que trabaja en el centro y de las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos. El portavoz del Ejército, Daniel Hagari, ha recalcado que se trata de una incursión "precisa y limitada".

Asimismo, ha indicado que varios sospechosos han sido detenidos y ha alegado que las tropas israelíes intentaron evacuar el centro para evitar efectos colaterales, pese a las denuncias sobre la falta de garantías. En esta línea, ha sostenido que los efectivos cuentan con formación específica para este tipo de operaciones y tienen orden de prevenir daños sobre civiles.

Las autoridades israelíes han asegurado que habían establecido un corredor seguro para evacuar a los civiles del Hospital Naser, algo que el miércoles negó el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, que dio la voz de "alarma" ante la inminente incursión. Además, el Ministerio de Sanidad gazatí había denunciado previamente una "situación catastrófica" en las instalaciones.

Cerco al hospital

Según fuentes médicas, los soldados israelíes han ocupado la segunda planta del complejo médico y han pedido a todas las personas, incluido a los equipos médicos que abandonen las plantas superiores y desciendas a los pisos más bajos.

La misma fuente apuntó vía telefónica, que un gran número de perros del Ejército habían sido soltados por distintas zonas del complejo.

Desde hace más de 25 días, las autoridades sanitarias denuncian el cerco de las fuerzas israelíes entorno al Naser, y el pasado martes el Ejército ordenó la evacuación de 10.000 gazatíes que se refugiaban en el recinto médico.

Según Sanidad, hasta este jueves seguían unos 1.500 desplazados en el hospital, donde la situación es "catastrófica",además de unos 190 miembros del personal sanitario y unos 300 familiares suyos.

Entre los enfermos ingresados, "hay 273 pacientes que no pueden moverse", 18 de los cuales están en cuidados intensivos y 35 en diálisis, lo que dificultaba su evacuación ante la orden israelí.

Asimismo, las aguas residuales están inundando el servicio de urgencias y los desechos médicos y no médicos se acumulan en los departamentos y patios del complejo, según Sanidad.

Los congregados dentro del recinto también se quedaron sin agua potable o comida, y casi no había fármacos ni suministros médicos "para cuidados intensivos, operaciones o emergencias"