Una protesta de alrededor de cien personas cortó este jueves la intersección que da a la calle de entrada al Tribunal Supremo de Estados Unidos, cuando decenas de estos manifestantes se sentaron en el asfalto bajo el calor de junio para criticar la decisión del aborto.

"No nos echaremos atrás", se podía leer en los pañuelos verdes que agitaban al ser escoltados por la policía, ante los vítores y el agradecimiento de otros miembros de la protesta, que no tomaron parte en la desobediencia civil.

Los manifestantes que cortaron la calle fueron llevados, de uno en uno o de dos en dos, a un parque cercano, en una curiosa procesión de detenidos que incluía tanto jóvenes exaltados como ancianos tambaleantes.

Una de las organizadoras explicó a Efe que los detenidos serían puestos en libertad, y tendrían hasta mañana para pagar una multa de 50 dólares por su participación en el corte del tráfico.

"Esperábamos unas trescientas personas, pero para nosotros es muy emocionante", dijo al ser preguntada por el número de personas que tomaron parte en el acto.

Otras dos jóvenes que habían venido desde diferentes estados para protestar por el fallo del Supremo, que el pasado viernes revocó el precedente legal que durante 50 años ha protegido el acceso al aborto en Estados Unidos, admitieron sentirse decepcionadas con la poca gente que han visto en la calle.

Ambas dijeron a Efe que estas acciones de desobediencia civil pacífica, aunque minoritarias, contribuyen a que se hable más del tema, que es algo positivo.

Una de ellas, Reagan, vino a Washington desde Ohio, donde la revocación del derecho al aborto ha supuesto la entrada en vigor de una ley que prohíbe interrumpir el embarazo, sin excepciones, a partir de la sexta semana de gestación, cuando muchas mujeres todavía no saben si están embarazadas.

Entre los manifestantes podían leerse carteles como "Soy de Luisiana, un estado 'resorte'", en referencia a las llamadas "leyes resorte" que prohíben el aborto, diseñadas para entrar en vigor automáticamente al conocerse el fallo del Supremo.

Luisiana se ha convertido además en el primer estado donde un juez ha bloqueado la aplicación de esta "ley resorte", algo que también ha ocurrido en Texas y en Kentucky.

La sentencia del Supremo se ha convertido en uno de los fallos más controvertidos del tribunal, dominado por una supermayoría conservadora y marcado por la sombra del expresidente Donald Trump (2017-2021), que nominó a tres de los seis jueces que firmaron el fallo del aborto.