WASHINGTON. Clinton comenzó hoy, coincidiendo con el lanzamiento, una gira a lo largo y ancho del país aderezada con varias entrevistas en televisiones nacionales, una estrategia de promoción de la que muchos analistas ven que se desprende cierto aire electoral.
El lugar elegido para comenzar su gira promocional fue Nueva York, distrito que representó en el Senado federal antes de aspirar a la candidatura presidencial por su partido en 2008, que precisamente perdió frente al actual presidente, Barack Obama.
En la librería Barnes & Noble, de Union Square, las filas para comprar las memorias de Hillary y conseguir la firma de la autora empezaron a formarse desde horas de la madrugada, y cuando abrió la tienda ya rodeaban la manzana.
Horas antes, en la primera entrevista con motivo del lanzamiento, que concedió a la cadena ABC, la exsecretaria de Estado trató sus años al frente de la diplomacia estadounidense, sus preocupaciones políticas e incluso sus aspiraciones presidenciales, aunque continúa sin revelar de manera oficial su decisión al respecto.
La también exsenadora por Nueva York se dibujó frente a los televidentes como la política que es, abanderando el papel de la mujer en los círculos de poder y defendiéndose de las críticas, que vuelven a caer sobre ella a medida que se acercan las primarias presidenciales.
"Cuando eres el centro de atención como mujer, sabes que estás siendo juzgada constantemente. Quiero decir que es simplemente interminable", dijo respecto a la perdurabilidad del sexismo en la esfera pública.
A medida que la ex primera dama regresa con más fuerza al panorama mediático, casi año y medio después de su dimisión como secretaria de Estado, los republicanos vuelven a sacar su munición y han desempolvado el ataque terrorista de Bengasi (Libia) ocurrido en 2012, en el que falleció el entonces embajador estadounidense, Chris Stevens, y otros tres funcionarios.
Pero Clinton conoce las estrategias de sus rivales y en algunos casos ha preferido adelantarse a los ataques del contrario, como las más que probables referencias al caso de Monica Lewinsky, la exbecaria de la Casa Blanca con la que su marido, el que fuera presidente Bill Clinton, tuvo un "affaire".
Por primera vez en años, la probable candidata demócrata al Despacho Oval en 2016 respondió hoy sobre lo sucedido en 1998.
Lewinsky resurgió en los últimos meses con la publicación de un artículo en la revista Vanity Fair en el que reflexionaba sobre su vida después del escándalo con el expresidente.
"Es perfectamente libre de hacerlo", dijo Clinton sobre el texto de Lewinsky. "Es, en mi opinión, una estadounidense que se expresa del modo que ella ha escogido. Pero no es algo en lo que pase mucho tiempo pensando", aseguró en la entrevista.
La exsecretaria de Estado agregó además que ella ha pasado página al respecto y que le desea lo mejor a Lewinsky.
"Espero que sea capaz de pensar en su futuro y construir una vida en la que encuentre satisfacción", concluyó la ex primera dama.
Pero probablemente el comentario más sorprendente de la entrevista tuvo que ver con la situación financiera de su familia al abandonar la Casa Blanca en 2000.
La exsecretaria de Estado aseguró que estaban en bancarrota debido a los innumerables costos legales a los que tuvieron que hacer frente, una confesión que hizo tras ser preguntada por el elevado caché de sus conferencias durante el año pasado.
Además del perfil tan político de su entrevista promocional, arranca así una gira que le llevará durante varios meses a diversos puntos del país seguida por un autobús lleno de partidarios fletado por un comité de acción política afín, que pretende aprovechar los eventos editoriales para beneficio electoral.
Y es que, pese al silencio oficial sobre su candidatura, Clinton ha logrado que ninguna otra voz en el Partido Demócrata diese un paso adelante para presentarse como alternativa a su aún velada carrera presidencial.
Como ella misma deja caer en su libro: "El momento para otra difícil decisión llegará muy pronto".