Argentina se estrelló en el primer partido del Mundial tras completar un encuentro discretísimo ante Arabia Saudí que, con un tono físico superior y ánimo creciente, fue capaz de darle la vuelta al marcador en el segundo tiempo y liquidar casi sin pasar apuros el compromiso. Una victoria inolvidable. La gran sorpresa del Mundial.

La albiceleste ha comenzado echándole un pulso a todos los pronósticos y, en su debut en el campeonato, decidió seriamente cuestionar su papel de favorito. En el Mundial en el que no se podía fallar para gloria de Messi, Argentina abrazó el drama y consumó un sonoro batacazo. No deja de ser un partido, pero las sensaciones trasladadas por el conjunto argentino no fueron buenas. Estuvo a punto de resolver y golear en el primer tiempo, pero en cuanto aumentaron los problemas y el rival creció, no encontró soluciones. Triste imagen de un equipo al que se le suponen más recursos.

Todo parecía en regla en el primer tiempo, con Messi apareciendo para marcar en el primer minuto de partido y anotando de penalti riguroso para los diez. Tres goles anulados por sendos fueras de juego del propio Messi y de Lautaro, autor de dos de las dianas invalidadas, le daban a Argentina una apariencia superior que, parecía, iba a subir al marcador de un modo u otro. Era cuestión de tiempo o de deseo.

Antes del comienzo de la debacle, Arabia Saudí se había mostrado como un equipo organizado y, sobre todo, con poderío físico. Futbolistas correosos y elásticos, varios con buena talla frente a un contrincante chato, estaba metidos en la pelea, siquiera defendiendo con orden, nunca agobiados.

En un puñado de minutos, tras la reanudación, todo se vino abajo para la albiceleste. En el primer gol, los centrales argentinos se quedaron temblando ante un pase filtrado que terminó en un remate cruzado que también superó al portero. Cinco minutos más tarde, Salem, la estrella local, se llevó el balón en una jugada confusa y soltó un zapatazo que cruzó el área y se coló a media altura pese a la estirada del meta argentino. Argentina se derrumbaba y, sobre todo, era demasiado frágil.

A los ocho minutos del segundo tiempo empezaba otro partido y Argentina no supo cómo afrontarlo. Pareció que iba a haber algún cambio de marcha, porque Messi decidió apretar el paso en varias acciones, pero la selección de Scaloni nunca creó oportunidades claras, se empeñó en centros sin veneno y nunca se filtraron pases con chispa. El meta saudí se adornó en palomitas y paradas más para la estética que para la épica. El segundo tiempo se prolongó casi 14 minutos por las interrupciones, incluida la atención de un defensa saudí por un empellón del portero que lo mandó para la caseta noqueado. A Argentina no le bastaba ni con una eternidad para sacar algo en claro. Salvo que vive un drama.

1 - Argentina: Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Nicolás Otamendi, Sergio Romero (Lisandro Martínez, m.58), Nicolás Tagliafico (Marcos Acuña, m.70); Leandro Paredes (Enzo Fernández, m.58), Rodrigo De Paul, Papu Gómez (Julián Álvarez, m.58); Messi, Ángel Di María, Lautaro Martínez.

2 - Arabia Saudí: Mohammed Khali Al-Owais; Saud Abdulhamid, Hasan Al-Tambakti, Ali Al-Bulaihi, Yasir Al-Shahrani; Abdulealh Almalki (Abdulelah Al Amri, m.88) , Mohamed Kanno, Salman Al-Faraj (Hattan Bahebri, m.45+3) ; Salem Al-Dawsari, Feras Al-Buraikan (Haitham Asiri, m.88), Saleh Al-Shehri (Sultan Al Ghannam, m.78).

Goles: 1-0, m.10: Messi, de penalti. 1-1, m.48: Saleh Al Shehri; 1-2, m.53: Salem Al Dawsari

Árbitro: Slavko Vincic (Esloveno). Mostró tarjeta amarilla a Abdulealh Almalki, Ali Al Bulaihi, Salem AlDawsari, Saud Abdulhamid y awaf Al Abed .

Incidencias: Encuentro de la primera jornada del Grupo C del Mundial de Qatar 2022 disputado en el estadio Lusail ante 88.012 espectadores según la organización.