España ha resuelto con relativa holgura, al menos en el marcador, el amistoso con Jordania. Luis Enrique ha puesto en liza hasta dieciocho hombres y ha parecido evidente que muchos de los que empezarán el Mundial, el próximo miércoles ante Costa Rica, fueron reservados. De hecho, Unai Simón, Busquets, Pedri o Morata, a quienes las previsiones otorgan un protagonismo incuestionable, ni siquiera gozaron de un minuto, mientras que los Laporte, Carvajal, Eric o Sarabia, tomaron parte si bien no llegaron a completar los noventa minutos. El encuentro ha tenido un desenlace bastante ajustado a los méritos de ambos bandos, más que nada porque el gol del honor obtenido por el anfitrión en el tiempo añadido, aparte de un reflejo más ecuánime que el cabía interpretar del 0-3 establecido por España, puso el acento sobre la debilidad defensiva, un asunto inquietante para una selección que aspira a metas altas en Catar.

En el capítulo individual no puede omitirse la contribución de un Nico Williams, cuyo aprovechamiento de los escasos minutos con España alcanza cotas increíbles. Este jueves ha saltado del banquillo a falta de veinte minutos para la conclusión, se ha ubicado en la banda izquierda y ha metido dos goles. Uno anulado por un fuera de juego señalado a un compañero y el segundo válido. Ha interceptado al borde del área una apertura de Yeremy destinada a Alba, ha controlado y no ha dudado en cruzar con la zurda, raso, imposible para el portero. Es el rol que en principio Luis Enrique tiene pensado para el extremo rojiblanco, utilizarlo como revulsivo por su capacidad para decidir en acciones aisladas. Volvió a dar motivos para justificar su llamada.

Más que un ensayo general a seis días del debut oficial se ha tratado de un ejercicio de activación. Un entrenamiento con sparring de medio pelo, sobre una superficie irregular, lenta, con dorsales bailados, árbitro condescendiente y generoso reparto de minutos. Estirar piernas y poco más, pues se da por supuesto que a estas alturas el seleccionador no necesita obtener más información que la recopilada durante la fase de clasificación. A nivel posicional, anotar un par de aspectos curiosos: de salida, Laporte ha actuado en banda ante la indisponibilidad de los laterales zurdos habituales y Asensio hizo de ariete, con constantes caídas para recibir alejado de los centrales.

De entrada, España se ha esforzado en ser fiel al librillo de Luis Enrique, ha amasado posesión en cantidades industriales, casi siempre en terreno ajeno, y tras pérdida se ha aplicado a fondo en la presión, liderado por el contagioso Gavi, que no ha parado quieto. La empresa no entrañaba mayor dificultad dado el nivel de Jordania, sin argumentos de fuste para realizar una oposición más allá de la derivada del repliegue y la acumulación de efectivos en torno a su área. De modo que se ha asistido a una sucesión de llegadas, la mayoría culminadas en remate defectuoso. El único que ha acertado y pronto además ha sido Ansu Fati; menos afortunados han estado Asensio, Sarabia o Soler, en algún caso por culpa del césped. El monólogo, por momentos espeso, apenas se ha visto interrumpido por los errores gruesos de los defensas, en especial uno de Pau Torres que ha recordado mucho al Pau Torres que recientemente pasó por San Mamés. La mala puntería del ariete y la firmeza de Sánchez han evitado el empate.

Antes de la hora de juego España había cambiado la mitad de su formación y Gavi consolidado el triunfo, premio a su destacada aportación. No obstante, ha dado la sensación de que Jordania se quitaba de encima complejos. Más agresiva en lo táctico, ha dejado de esperar atrás y ha avanzado líneas, también ha acertado a combinar mejor y ha seguido hallando opciones para generar peligro, gracias a la flojera de la zaga rival. El juego ha adquirido un mayor dinamismo con la apertura de espacios y se equilibraron las fuerzas. España ha acusado el empeño que ha invertido el anfitrión en construir, pues sin la pelota sus señas de identidad se resienten, le obligan a recorrer más kilómetros y así le cuesta imponer un ritmo adecuado a sus intereses.

La superior prestancia física de España ha evitado complicaciones y el tanto de Nico Williams ha servido para aplacar los ánimos de un adversario al que le ha quedado el consuelo de brindar a su ruidosa afición un gol con sabor a victoria moral. Tal era la diferencia en términos de calidad respecto a los chicos de Luis Enrique que ese gol colmó  ampliamente sus apetencias.

Ficha técnica:

  • JORDANIA: Al Fakhouri; Haddad, Naseeb (Min. 46, Rateb), Al Arab, Abu Hasheesh; Al Rawabdeh, Al Samrieh (Min. 46, Ayed), Saadeh; Al Tamari (Min. 69, Abu Zurayq), Al Naimat (Min. 69, Al Kloub) y Al Mardi (Min. 64, Dardour).
  • ESPAÑA: Robert Sánchez (Min. 46, Raya); Carvajal (Min. 46, Azpilicueta), Eric García (Min. 71, Rodri), Pau Torres, Laporte (Min. 57, Jordi Alba); Koke (Min. 57, Yeremi Pino), Gavi (Min. 57, Dani Olmo), Carlos Soler; Sarabia (Min. 57, Ferrán), Ansu Fati (Min. 71, Nico Williams) y Asensio.
  • Goles: 0-1: Min. 13; Ansu Fati. 0-2: Min. 56; Gavi. 0-3: Min. 83; Nico Williams. 1-3: Min. 91; Dardour.
  • Árbitro: Ahmed Al-Kaf (Omán). Sin amonestaciones.
  • Incidencias: Encuentro de preparación para el Mundial disputado en el estadio internacional de Amman ante 20.000 espectadores.