El Sportage recibe retoques técnicos y decorativos, mejora sus dotaciones y reordena el repertorio motriz. Se ve que en Kia comparten la idea de que cumplir años no implica necesariamente envejecer. Lo demuestran poniendo máximo empeño en la reforma que pretende mantener la lozanía de la generación actual, estrenada en 2022. El interés de la marca en el popular SUV es comprensible: el Sportage es su mejor argumento comercial y acumula más de siete millones de unidades vendidas en sus cinco ediciones. En el mercado español, en concreto, este modelo aporta a Kia uno de cada cuatro clientes.
Una operación renovadora como esta es lo que en el mundillo del automóvil se conoce como ‘restyling’ o ‘face lift’ a mitad de ciclo vital. En este caso, el baño de modernidad depara una fachada bastante más sofisticada y atrevida, acorde al estilo de los nuevos Kia. El Sportage estrena una parrilla cuyo mayor tamaño difumina algo los rasgos del diseño ‘nariz de tigre’ familiar. La flanquean nuevos grupos ópticos, perfilados por arriba y por la parte exterior con una inconfundible firma lumínica diurna de LED. También se renuevan ambos paragolpes, así como los dibujos de las llantas. La silueta es la conocida, si bien la eslora gana algún centímetro debido a la forma de las nuevas defensas.
Al acceder a bordo, los buenos conocedores del modelo detectarán modificaciones como el volante (ahora es achatado y de dos radios), un salpicadero algo diferente con salidas de aireación camufladas, la consola central con acabado mate en vez de negro y revestimientos textiles a base de materiales reciclados. El Sportage transmite una convincente sensación de calidad y durabilidad, que en la definición superior GT-Line alcanza un punto de refinamiento.
Como no hay cambios estructurales, la habitabilidad sigue siendo una de las mejores del segmento SUV medio, en el que se inscriben productos de talla similar al de Kia (4,54 metros). Acomoda perfectamente a cuatro adultos de buen año, porque las plazas traseras son especialmente holgadas en comparación con sus rivales. Además admite muchos bártulos en el capó, que ofrece entre 526 y 591 litros, según la motorización.
El puesto de mandos fusiona en un amplio panel las dos pantallas instrumentales, ambas de 12,3 pulgadas (que vienen siendo 31 cm); una desempeña la función de cuadro de mandos y la otra, central, es para gestionar los servicios conectados y las ayudas a la conducción. Este recurso ya habitual adquiere un plus de distinción cuando Kia se refiere a él como Connected Car Navigation Cockpit. Además, el Sportage puede contar con un nuevo head-up display de 10 pulgadas (25,4 cm).
El fabricante asegura que en esta remesa del modelo ha optimizado la conectividad integrando Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos. Por medio de Kia Connect se reciben las actualizaciones remotas de software y es posible acceder a funciones y servicios específicos (geolocalizar el vehículo, verificar si está cerrado, planificar rutas, descargar YouTube, etc.). El Sportage también añade cámara de visión 360º en 3D y cargador inalámbrico.
Comparte con el resto de modelos de la familia un paquete de avanzados recursos de asistencia a la conducción. Entre ellos figura el sistema estándar de frenado de emergencia automático, capaz de detectar la presencia en la vía de otros vehículos, así como de peatones y ciclistas. Se sirve para ello de sensores y de una cámara, que escanean la carretera que el Sportage tiene por delante. Así puede percibir eventuales riesgos y, si no hay reacción por parte de quien lleva el volante, interviene aplicando automáticamente los frenos para evitar un potencial accidente.
Por su parte, la ayuda a la conducción en carretera se vale de la información facilitada por una cámara frontal, por sensores de radar y por los datos de navegación para cooperar a que el coche mantenga la velocidad y la distancia predeterminadas respecto al vehículo detectado delante. El sistema también puede ayudar con el control del volante al cambiar de carril (activado por el intermitente) y asistiendo en maniobras evasivas.