La de Cupra es una historia corta, pero intensa. La joven marca escindida del tronco de SEAT protagoniza un éxito precoz y anuncia muchas novedades.

¿Qué sensación le produce el panorama del sector del automóvil en 2024?

—Acabamos de cerrar un primer trimestre con datos positivos, si bien el mes de marzo ha sido más complicado, con dos días hábiles menos. Esperamos que en abril continúe la senda alcista. Han caído las compras de empresas, un indicador importante de cómo va la economía. También nos preocupan las ventas de vehículos electrificados, con una cuota del 10,3% si sumamos eléctricos e híbridos enchufables. En cualquier caso, de cara al 2024 a nivel mercado espero una evolución positiva hacia el millón de coches, y que nuestras marcas sigan progresando.

Las ventas no despuntan, pese a lo cual algunos fabricantes están ganando más dinero que nunca…

—El mercado en España está por debajo del millón de unidades. Debería estar en torno al millón doscientas mil unidades, para frenar el envejecimiento del parque. Soy optimista en que logremos compensar esta situación los próximos años. Respecto a las cifras de ingreso, en el caso de nuestra compañía, hemos logrado los mejores resultados de la historia gracias al impulso imparable de CUPRA y al crecimiento de SEAT. Pero no olvidemos que estamos en un momento de inversiones intensivas de cara a la electrificación. Esta tendencia positiva nos ayuda a afrontar con optimismo nuestro camino hacia la electrificación.

En el País Vasco hay una importante industria auxiliar que provee al sector, por lo que estrechamente vinculada al destino del mismo. ¿Tiene, a su juicio, motivos para el optimismo?

—Precisamente acabo de mencionar la palabra optimismo. España es el segundo productor europeo y el octavo mundial de vehículos, que suponen un 10% del PIB del país. En SEAT S.A. estamos en pleno proceso de transformación hacia la electrificación de nuestros modelos y, por lo tanto, de nuestra fábrica. Somos optimistas porque estamos trabajando desde hace tiempo en ese proceso. Primero, con la llegada de la marca CUPRA, que es nuestra apuesta por los vehículos 100% eléctricos. Y también con la construcción de la fábrica de celdas del Grupo VW en Sagunto y la fábrica de baterías en Martorell. Esta aprovisionará a nuestra fábrica y asegurará la transición hacia el vehículo eléctrico. Estamos movilizando 10.000 millones de euros para convertir a España en un hub de electromovilidad, del que se beneficiarán nuestras fábricas de Martorell y Landaben, así como toda la industria auxiliar.

Esa electrificación que marca el devenir de la industria del automóvil ¿es una realidad o sigue siendo más una apuesta de futuro?

—Partimos de la base de que tenemos que conseguir que en 2035 estemos en cero emisiones. A día de hoy, la única tecnología que puede lograrlo es la eléctrica. Durante este trayecto puede ocurrir que en el norte de Europa sea más fácil y en el sur nos tengan que ayudar para acelerar la electrificación. Esto también ayuda a renovar el parque móvil, pero hay que adaptarse a las necesidades reales de los clientes. Hoy los electrificados tienen un 10% de cuota en España. Hay que seguir creciendo, pero sin dejar de lado la renovación del parque. De lo contrario, España puede convertirse en receptor de coches viejos de combustión de otros países, lo que generaría un parque más inseguro y contaminante. Tenemos que ser muy cuidadosos. Ahora, la clave es apoyar el eléctrico y renovar las flotas de automóviles también por coches de combustión más seguros y eficientes. Siguiendo en esta línea, desde CUPRA pensamos que un coche eléctrico puede ser divertido de conducir. Y este es uno de nuestros objetivos, ofrecer al mismo tiempo un vehículo 100% eléctrico con un diseño atractivo y con unas prestaciones deportivas que lo diferencien del resto de competidores.

“Los gobernantes han forzado a los fabricantes a una adopción apresurada del coche eléctrico, producto que no figuraba entre las necesidades acuciantes del público, que lo percibe más como un problema que como una solución”. ¿Suscribe el resumen?

—El vehículo eléctrico es el futuro porque, en unos años, prácticamente todos los coches que se comercialicen serán eléctricos. También es el presente. Más del 10% de los coches vendidos en España son enchufables, y esa cifra se sitúa sobre el 20% a nivel europeo. Hoy en día, el vehículo eléctrico no es para todo el mundo, pero cada día encaja con las necesidades de más clientes. La regulación busca acelerar esa transición, pero como es lógico, también requiere de medidas externas que la aceleren, en concreto relativas al precio y la infraestructura de recarga.

Los objetivos de descarbonización fijados por las autoridades europeas parecen hoy inalcanzables. ¿Hay que revisarlos, o implementar soluciones alternativas?

—La regulación a nuestro nivel es un dato que debemos cumplir. Una decisión positiva a nivel regulatorio ha sido la reciente revisión de la norma EU7 que obligaba a los fabricantes a grandes inversiones en motores de combustión con fecha de caducidad, consiguiendo un beneficio marginal a cambio de un gran aumento de costes. Sin embargo, los fabricantes estamos haciendo los deberes en todo lo referente a la electrificación. Es una carrera de fondo, no un sprint, y es pronto para sacar conclusiones

Algunas marcas han empezado a reconsiderar decisiones, decantándose por la hibridación más que por la electrificación pura e incluso prolongando la vida útil de modelos térmicos más allá de lo previsto.

—Es el momento más complejo a la hora de tomar decisiones estratégicas por la incertidumbre de la demanda de las diferentes tecnologías. En nuestra compañía, las cifras están demostrando que estamos en la dirección correcta. Cubrimos el mercado con versiones eficientes de gasolina e híbridas enchufables de SEAT, y con modelos electrificados y con un posicionamiento superior en CUPRA. Un dato: el Formentor es el modelo híbrido enchufable más vendido en España en lo que va de año. Seguiremos adaptándonos a todas las necesidades de nuestros clientes con ambas marcas.

¿Sin subvenciones, el eléctrico no progresa, como sugieren los casos de Alemania, Italia y España?

Somos conscientes del esfuerzo que está haciendo el Gobierno, pero le pedimos simplificar los planes de ayuda y cambiar a otro tipo de ayudas fiscales que permitan facilitar el proceso de venta. La clave es simplificar el Moves. También le pedimos que incentive y amplíe la red de carga. Los fabricantes hemos hecho los deberes. Todas las marcas, tanto tradicionales como nuevas, estamos en un mercado del coche eléctrico en el que hemos hecho una inversión masiva y necesitamos dinamizar ese mercado.

Discrepar, no tanto del rumbo como de la hoja de ruta de la electrificación, empieza a tener un coste reputacional en forma de acusaciones de ‘negacionismo’, ‘retardismo climático’ y ‘greenwashing’, replicadas por voces reclamando “menos ideología y más tecnología”.

—Nuestro trabajo está claro: conseguir una transición hacia la electrificación del parque de vehículos. Trabajamos para ofrecer los coches que nuestros clientes demandan, cada vez más eficientes y seguros. Al mismo tiempo para mantener el empleo y la riqueza económica e industrial en nuestro país.

La llegada de automóviles chinos, presentados por marcas desconocidas para el gran público, agita el mercado. ¿Debe Europa aplicar aranceles especiales que contrarresten las subvenciones gubernamentales chinas en origen?

—En este aspecto estoy totalmente de acuerdo con la posición que ha tomado nuestra patronal. Los europeos hemos competido y lo seguimos haciendo con marcas americanas, japonesas, coreanas… y ahora chinas. La competencia, siempre que sea en igualdad de condiciones, es positiva. Y es Europa la que tiene los mecanismos para regular la competencia, no contra las marcas chinas, sino sobre cualquier empresa que no compita en igualdad de condiciones.