El parque móvil español crece, pero apenas se renueva y continúa envejeciendo. Se venden pocos modelos nuevos (por debajo de un millón al año) y se retiran de la circulación aún menos. La Dirección General de Tráfico contabiliza ya 30.722.465 vehículos en activo, 26.020.504 de los cuales son turismos. La falta de renovación comporta un constante envejecimiento, elevando la edad media, que estaba en 8,3 años en 2008 y ya rebasa los 14.

La proliferación de modelos añejos y obsoletos pone en peligro la seguridad vial y dificulta la pretendida descarbonización. Los turismos alcanzan una antigüedad media de 14,2 años, 14,4 los comerciales ligeros o furgonetas y 14,9 los industriales, en tanto que los autobuses se mantienen en torno a 11,8 años.

Los datos oficiales facilitados por la DGT revelan que cada vez hay más vehículos en circulación con 20 o más años. Esos veteranos son los que más abundan entre turismos, comerciales e industriales. Los que superan los dos decenios en activo suman 7.782.321 unidades, y suponen el 25,3% del total, es decir, uno de cada cuatro vehículos en disposición de salir a la carretera.

Esa veteranía implica que, por bien conservados que estén, dichos vehículos carecen de los sistemas de seguridad y los dispositivos de protección medioambiental desarrollados en estos últimos años. Así pues, su presencia en el tráfico compromete gravemente la integridad de quienes los usan y también la de quienes se cruzan con ellos. La obsolescencia afecta, asimismo, a su funcionamiento, que al ser mucho menos eficiente genera mayores emisiones contaminantes.

Ahora mismo pueden circular 9.036.129 automóviles, el 29,4% de la flota total, que por su antigüedad carecen de distintivo medioambiental. Otros 9.141.364 vehículos, el 29,8 del total lucen la pegatina B. La suma de ambos contingentes descubre que los automóviles más viejos y contaminantes suponen el 59,2% del parque actual. No obstante, el paso del tiempo también hace limpieza: los vehículos en activo sin etiqueta han caído un 2% en 2023 respecto a 2022 y los de etiqueta B un 0,9%.

Por lo que se refiere a las fuentes de energía, algunos titulares chocan con la realidad y la electrificación está en pañales. El parque móvil continúa bajo la hegemonía del gasóleo. Aunque el diésel va perdiendo fuelle –ha caído 1,3 puntos porcentuales de cuota de mercado en 2023–, da vida al 60,3% de los vehículos contemporáneos, nada menos que a 18.525.837. Por su parte, los modelos propulsados por gasolina eran 10.439.449 el año pasado, apenas un 0,1 % menos que en 2022, y representaban el 34% del total. Juntos, los vehículos diésel y gasolina son casi 29 millones, copando el 94,3% del parque.