Hay elementos en la instrumentación de nuestro coche a los que hacemos poco caso o incluso ignoramos su existencia.

Los paneles del salpicadero de tu coche concentran instrumentos muy útiles para la conducción.

Uno es un reloj tiene como fin medir las revoluciones o cuentavueltas y te ofrece información sobre el régimen de revoluciones del motor. El otro reloj es el velocímetro o cuentakilómetros, que registra la velocidad a la que circulas.

Ambos tienen delimitadas unas rayas rojas en las pocas veces te habrás fijado pero que tienen una utilidad muy concreta y que te servirán de ayuda durante la conducción.

En el caso de los velocímetros, la circunferencia de sus relojes analógicos marca la velocidad en líneas blancas pero hay intercaladas unas rojas algo más pequeñas que las anteriores que deberías tener en cuenta.

Esas rayas marcan los límites de velocidad más habituales en los diferentes países. Por ello, suelen situarse en los 30 km/h y los 50 km/h por ser los límites habituales en ciudad.

Algunos vehículos también tienen marcas en los 90 km/h y los 130 km/h, este último pensando más en las autopistas y autovías europeas, cuyo límite es por norma general 130 Km/h, aunque en España este límite está fijado en los 120 km/h.

Estos avisos visuales sirven para ayudarte a no sobrepasar el límite de velocidad tanto en ciudad como en carretera y están presentes sobre todo en los relojes analógicos, ya que muchos vehículos disponen de instrumentación digital y en ese caso no todos marcan las rayas rojas.

En el caso del cuentarrevoluciones su información sirve para saber cuándo cambiar de marcha y circular con la adecuada para que nuestro coche no circule sobrerevolucionado gastando más combustible del debido.

Por eso las marcas rojas que incorpora señalan el límite que no debes rebasar para cambiar de marcha, puesto que estarías exigiendo un sobreesfuerzo al motor que se traduce en un aumento la potencia y de consumo. Los motores ya alcanzan su nivel de potencia máximo antes de llegar a esa zona roja, evitando un consumo desorbitado, por lo que las líneas rojas te avisan que estás cambiando de marcha demasiado tarde.

En este caso las rayas rojas suelen ser varias juntas al final del reloj y están a partir de los 5.000 o 6.000 revoluciones por minuto en función del tipo de motorización de nuestro coche.

Estas rayas indican la zona en la que no deberías mantenerte ya que exigirás demasiado rendimiento al motor sin obtener a cambio un incremento apreciable de potencia y, sin embargo, disparará el consumo de combustible.

En aquellos coches muy antiguos que carecen de cuentarrevoluciones debes prestar atención al sonido del motor y cuando ruge demasiado te avisa que debes cambiar de marcha.

En los coches más modernos suele existir también un testigo que te ayuda con el cambio de marchas y que te indica la marcha a la que estás circulando y la óptima a la que deberías hacerlo en función del régimen de vueltas del motor de tu vehículo.