El EX90 es la culminación del programa eléctrico de Volvo. Si los propietarios chinos de la firma escandinava decidieran acelerar el cese definitivo de la impulsión térmica ya tendrían hecha parte de los deberes con este sustituto natural eléctrico del buque insignia XC90. La nueva propuesta a pilas destinada a coronar la estirpe es un SUV de estampa y proporciones semejantes a las de este. Volvo la propone en tres variantes –una con motorización y propulsión traseras (279 CV), y dos bimotor 4x4 (408 y 517 CV)–, con 585 km de autonomía máxima. Se puede adquirir ya, entre 83.127 y 107.279 euros, sabiendo que las primeras unidades tardarán en llegar.

El pretendiente al trono sueco es un esbelto SUV de cinco metros (tiene un meritorio coeficiente aerodinámico de 0,29), que cultiva un estilo tan depurado como predecible. Goza de un indudable encanto a pesar de que sus rasgos, vaticinados por creaciones precedentes, pierden capacidad para sorprender. Previsible era también que el constructor hiciese de él un canto a la excelencia, y eso jamás defrauda. Volvo se aproxima al lujo por el camino más difícil, el que busca el refinamiento a través de la simplicidad. Huye, por tanto, de la ornamentación recargada y prefiere una armoniosa pureza de líneas. De paso, impone la calidad y la sostenibilidad en los materiales empleados en su confección.

Volvo convierte al EX90 en su abanderado tecnológico. Lo dota de sistemas de impulsión limpios y eficientes, pero también de soluciones punteras como el dispositivo Lidar que corona su parabrisas. Esta miniatura, que evoca las balizas de los taxis, concentra muchos de los sensores que permiten detectar e interpretar movimientos del propio automóvil y aquellos que se producen en su entorno (viandantes y vehículos, de noche y de día). La aportación de este recurso resultará esencial para la conducción autónoma.

El EX90 aprovecha sus tres metros de separación entre ejes para habilitar una cabina desahogada, que brinda configuraciones de cinco y de siete plazas. Renunciar a las dos butacas posteriores supone un ahorro de 2.300 euros; eso o plegarlas, aumenta la capacidad de carga de 310 a 655 litros.

El menú del buque insignia contiene tres posibilidades de elección motriz. La más sencilla y asequible adopta un único bloque impulsor, que transfiere 279 CV a las ruedas traseras; reclama un mínimo de 83.127 euros. Por encima de ella se escalonan las versiones Twin Motor y Twin Motor Performance, con un propulsor por eje y potencias respectivas de 408 y 517 CV; parten de 91.295 y de 96.304 euros.

La diferencia de rendimiento se plasma en el grado de agilidad a la hora de responder al acelerador. La versión inicial tarda 8,4 segundos en llegar a 100 km/h, la intermedia alcanza esa velocidad en 5,9 y la más solvente invierte en ello un segundo menos. La autonomía oficial es de 580/585 km en las tres.