DACIA abre la puerta, y la mente, a las nuevas tecnologías. Principal abanderada y beneficiaria de las ventajas económicas y medioambientales de emplear GLP (Gas Licuado del Petróleo), la marca rumana no quiere perder el tren de la transición hacia la pretendida sostenibilidad. Por tanto, aprovecha el acceso al banco de órganos de la Alianza Renault para agenciarse la solución motriz híbrida no enchufable que tan buenos resultados da en el Clio. La instala en el Jogger, joven y desahogado familiar, que así disfruta de 140 dóciles y nada voraces caballos. La red de concesionarios de la casa acepta ya pedidos de esta nueva variante, acreedora al distintivo medioambiental Eco, que llegará en mayo; reclama por ella 24.450 euros, 900 más si se prefiere la configuración con siete plazas.

Ahora mismo no hay en el mercado otro producto semejante que haga sombra a esta propuesta del holgado Jogger con mecánica hibridada. La razón, además de lo ajustado de su precio, estriba en la singularidad de esta creación de Dacia. Sus autores sorprendieron hace casi un año con un agraciado refrito de estilos, capaz de alegrar la vista con una inusual combinación de rasgos. Sin duda alguna, este modelo articula el discurso estético más y mejor elaborado de toda la gama.

Tiene planta y facultades de monovolumen, desenvoltura de turismo familiar y facciones SUV. El cóctel funciona, sobre todo entre un público sensible a la moda, que precisa mucho espacio útil y poco precio. La incorporación de esta motorización electrificada permite agregar a su clientela potencial a las personas con ciertas inquietudes ecológicas.

El envase del Jogger ocupa 4,55 metros de largo, 1,78 de ancho y 1,63 de alto; separa los ejes 2,9 metros. Esa batalla sustenta una cabina amplia y bien concebida, que puede instalar cinco asientos en dos líneas o siete en tres; sin esta tercera, el portaequipajes llega a brindar 607 litros. La variante hibridada preserva esa capacidad alojando la batería que alimenta al sistema en el hueco que otras versiones destinan a la rueda de repuesto (también lo aprovechan las versiones a GLP para el depósito adicional).

No hay grandes diferencias visuales entre un Hybrid 140, que es como Dacia denomina comercialmente a esta declinación, y el resto. Tiene, eso sí, un cuadro de instrumentos específico de 7 pulgadas, que permite al usuario seleccionar en función de sus preferencias las informaciones esenciales sobre el sistema impulsor (nivel de carga de la batería de tracción, autonomía restante, flujos de energía, etc.). También incluye de serie el freno de estacionamiento eléctrico, así como una consola alta con espacio de almacenamiento cerrado y reposabrazos. Además, el fabricante reserva para el estreno de esta derivada un color gris pizarra exclusivo, que se suma a los cinco conocidos.