Los bulos que circulan entre los conductores sobre la forma de burlar las pruebas de alcoholemia son innumerables. Y también falsos. La picaresca para intentar salir indemne de un control de la Guardia Civil y evitar la consiguiente multa y pérdida de puntos es muy amplia y no funciona ninguno. Tráfico está harto de remarcar que lo único que funciona es el no haber consumido alcohol. Y que si en un control das más de 0,25 miligramos de alcohol por litro de aire espirado serás sancionado con 4 puntos y multa de 500 euros. Si superas los 0,50 o si te niegas a realizar el test la sanción será de 6 puntos y multa de mil euros.

Beber mucha agua, masticar café, chupar limón o hacer ejercicio para sudar ni engañan al alcoholímetro ni hacen que el alcohol ingerido desaparezca con mayor rapidez de nuestro cuerpo. Son falsos mitos instalados en el imaginario popular sin ninguna eficacia, según remarca la DGT.

Desde la Dirección General de Tráfico revelan el tiempo mínimo de espera entre la ingesta de alcohol y la conducción debe de ser al menos de entre 5 y 6 horas, aunque también dependerá de la cantidad ingerida y las condiciones físicas de cada conductor.

Por ello desmonta tajantemente varios falsos mitos en torno a este tema.

Beber mucha agua 

Si bebes mucha agua consigues eliminar líquido a través de la orina, pero la expulsión es sólo de agua. La cantidad de alcohol desprendida es muy pequeña y sin incidencia en las pruebas de alcoholemia.

Hacer ejercicio 

Muchos creen que forzando la circulación sanguínea mediante el ejercicio se acelera la eliminación del alcohol a través del sudor, pero su efecto resulta inapreciable en las mediciones de los test. Pese a ello no es infrecuente ver a gente en un control haciendo gimnasia desaforadamente antes de soplar para intentar rebajar el índice de alcoholemia

Esperar un par de horas

La presencia del alcohol en sangre y sus perniciosos efectos se van reduciendo con el tiempo. Pero lo habitual es eliminar 0,20 gramos/litro por cada hora, así que solo habiendo esperado un mínimo de cinco o seis horas (y siempre según las características físicas de cada persona y la cantidad ingerida) sería realmente efectivo para superar un control, como se encarga de recordar la DGT. Con dos horas no da resultado y no logras burlar el test.

Caramelos, pasta de dientes o café

Sustancias como el zumo de limón, el café, la pasta dentífrica, el chicle o los caramelos absorben mínimas cantidades de alcohol en la boca, pero de ningún modo su presencia en el aire alveolar, precisamente el elemento que se mide en los controles.

Medicamentos específicos  

En algunos casos los conductores suelen recurrir a medicamentos que presuntamente son reductores de la alcoholemia. Habitualmente se venden por internet y que tienen ninguna evidencia científica de que atemperen los efectos del alcohol. Todo lo contrario. La DGT avisa de que algunos incluso incrementan los efectos del alcohol en el organismo.Tampoco la vitamina B, que se prescribir a veces para tratamientos de alcoholismo funciona para engañar en este caso.

Otros trucos ridículos

Si el café, el chicle, el limón o los caramelos no surten efecto, por supuesto que otros tan burdos como el masticar hierba o beber aceite no tiene tampoco eficacia pese a estar bastante extendidos y además son desagradables y pueden dañar tu estómago. Ni que decir de quien hace asquerosidades tales como chupar pilas o monedas.

Soplar despacio tampoco enmascara nuestro consumo de alcohol, ya que para que la prueba sea válida y emita una medición necesita que soplemos con energía y una cantidad de aire concreta.

Así que ya sabes, sólo dos cosas funcionan ante un control: no beber alcohol y si lo has hecho esperar al menos 6 horas antes de conducir.