Cuando el Mundial de MotoGP rebasó el ecuador, tras el Gran Premio de Alemania –décima carrera de las veinte fijadas en el calendario–, Fabio Quartararo transmitía la sensación de haber desbrozado cualquier competencia de su glorioso camino hacia el título. El francés amasaba 91 puntos de ventaja sobre Francesco Bagnaia; el vigente campeón vapuleaba al subcampeón. Pensar en un rey de MotoGP que no fuera El Diablo se antojaba una utopía. Ocho carreras después, Pecco Bagnaia ha protagonizado lo inesperado, remontar la diferencia y alzarse nuevo líder a falta de dos citas para la conclusión. Es decir, el italiano ha sumado 105 puntos más que el francés y copa la clasificación con 14 puntos de ventaja; si en Malasia logra 11 puntos más que Quartararo, será el nuevo jerarca de la categoría reina.

El Gran Premio de Australia fue una nueva pesadilla para Quartararo, que en los primeros compases forzaba tanto que se excedía haciendo un recto. Cuando apenas había recuperado las posiciones que otorgan puntos, el francés se fue al suelo tras perder el tren delantero. En ese momento, Bagnaia rodaba en posición de cabeza. “Fue mi error, pero la moto no ayuda”, lamentó Fabio, quien sin embargo invocó a la esperanza: “Quedan dos carreras y puede pasar de todo”. 

Marc Márquez, quinto con más podios de la historia

Para consuelo de Quartararo, Bagnaia se batió en un precioso cuerpo a cuerpo con Marc Márquez y Álex Rins, quienes dieron vida al extinto líder francés, que ha sufrido tres caídas en ese citado de lapso de ocho pruebas en las que Pecco ha volado con cuatro triunfos y siete podios. Bagnaia fue tercero, rendido ante el ímpetu de Rins, que dio a Suzuki la primera victoria del curso en el que dice adiós al Mundial, y del recuperado Márquez, segundo tras firmar el primer podio del año, el número 100 en MotoGP y el 139 de su palmarés mundialista, para igualar a Ángel Nieto como quinto piloto con más cajones de la historia. “Cuando Fabio se cayó decidí no hacer estupideces”, admitió Bagnaia.

Phillip Island sirvió un espectáculo maravilloso, como viene siendo costumbre. Diez pilotos rodaron juntos en la zona delantera hasta bien superado el ombligo de la prueba. A partir de ahí, hasta siete pujaron por la victoria. Rins, que partía décimo, dio un recital sobre cómo explotar las prestaciones de la Suzuki, la máquina más poderosa en los recodos del circuito australiano. “No se puede ir del infierno a la gloria en dos pasos”, expresó por su lado un eufórico Márquez, batido aunque con chance de ganar hasta la última curva. Honda es la única marca que no ha logrado victorias. Solo el retorno de Marc ha aproximado a la firma japonesa a la cima del podio.

La caída de Quartararo brindó una gran oportunidad a pilotos más rezagados en la lucha por el título, como Aleix Espargaró, Jack Miller y Enea Bastinini, todos ellos con opciones matemáticas antes de echar a rodar la cita, pero ninguno aprovechó la ocasión. Aleix fue noveno aquejado del destrozo de su neumático trasero, Miller fue tirado por Álex Márquez y Bastianini terminó quinto, por detrás de Marco Bezzecchi, proclamado rookie del año. Jorge Martín, por su parte, lideró gran parte de la carrera, pero perdió fuelle para acabar séptimo. Malasia y Valencia decidirán un campeonato en el que Bagnaia ya ha logrado lo insospechado. 

Izan Guevara, campeón mundial de Moto3

Izan Guevara (28-VI-2004, Palma de Mallorca) se proclamó ayer campeón del mundo de Moto3, con dos carreras de margen, merced a sus seis triunfos, once podios, dos vueltas rápidas y cuatro poles. El mallorquín ha necesitado 36 carreras mundialistas para proclamarse campeón, y lo hizo en Australia a lo grande, con victoria. Para la próxima campaña ya tiene cerrado su salto a Moto2