Cuidado con esta planta: es muy peligrosa para tu perro
Los paseos de nuestros perros pueden hacer que entren en contacto con plantas de las que deberían mantenerse alejados
Los perros son curiosos por naturaleza. Les gusta olfatear, morder y explorar todo lo que encuentran a su paso. La realidad es que existen plantas muy comunes que resultan venenosas para los perros, y que pueden provocar desde malestar digestivo hasta problemas cardíacos graves. Entre las más peligrosas destacan la adelfa, la hiedra, los lirios, la azalea o el potus, habituales en hogares y espacios públicos. Sus toxinas afectan a órganos vitales y, según la cantidad ingerida, los síntomas van desde vómitos o diarrea hasta alteraciones neurológicas o arritmias.
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Conocer qué especies conviven con nuestra mascota es fundamental para prevenir accidentes. Muchas veces, un perro con salivación excesiva, letargo o temblores tras estar en el jardín puede haber tenido contacto con alguna planta tóxica. La mejor estrategia es la prevención: evitar tenerlas en casa o colocarlas en lugares inaccesibles, y vigilar durante los paseos.
Las espigas, un enemigo silencioso
Si hay un enemigo que preocupa en verano, son las espigas. Estas semillas secas, diseñadas para adherirse y dispersarse, se convierten en una pesadilla para los perros. La veterinaria e influencer @mariavetican lo explica: “Mi mayor miedo como veterinaria en verano son las espigas. Llegan todos los días a consulta. Se meten en los oídos, ojos, nariz, garganta, entre los dedos de las patas o en las partes íntimas”.
Una espiga puede clavarse superficialmente en la piel, pero también avanzar al interior, provocando lesiones, infecciones y abscesos difíciles de tratar. “Cuanto más tarde se atienda, mayor será el daño y la factura veterinaria”, añade Maria, recordando la importancia de actuar rápido.
Los síntomas de alerta incluyen sacudidas de la cabeza, orejas doloridas, estornudos, tos persistente, ojos inflamados, cojera o lamido excesivo de una pata. Ante cualquiera de estas señales, la recomendación es clara: acudir al veterinario de inmediato.
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La importancia de la prevención
El impacto de las espigas y las plantas tóxicas puede reducirse con rutinas sencillas. Tras cada paseo conviene revisar orejas, patas, ojos y pelaje del perro, especialmente si ha estado en césped alto o campo. Retirar a tiempo una espiga superficial evita complicaciones.
Muchos dueños desconocen que una planta como la adelfa es altamente venenosa, o que un paseo por un descampado puede acabar con una espiga clavada en el oído. Difundir esta información contribuye a reducir casos en consulta y garantiza el bienestar de los animales.
Como recuerda @mariavetican, las señales de alerta no deben ignorarse: un gesto extraño puede ser la clave para detectar un problema a tiempo. La salud de tu perro depende en gran parte de la observación y de la rapidez con la que actúes. Revisar su cuerpo después de los paseos, evitar plantas tóxicas en casa y acudir al veterinario al menor indicio de problema son medidas sencillas que pueden salvarle de un mal trago.
Cuidar a tu mascota es también aprender a ver más allá de lo que parece inofensivo.