Cuando una familia tiene mascotas, más allá de un perro o un gato, los pájaros suelen estar en el salón o allí donde la familia haga la vida en común y los roedores en el dormitorio del hijo al que pertenezca. Entre estos últimos suelen ser muy habituales los conejos, las cobayas o conejillos de indias o los hámsteres. En algunos casos también alguna chinchilla.

Pero en los últimos tiempos van cobrando protagonismo los degús, Octogon degus por nombre científico.

Los degús son una especie de una más fácil convivencia con los humanos PIxabay

Este roedor procedente de Sudamérica tiene varias ventajas sobre la mayoría de los roedores antes mencionados, es de hábitos diurnos, por lo que interactuar con ellos no entorpece el ciclo de sueño de ninguno de ellos, ni del niño ni del animalito; es de un tamaño intermedio entre el conejo (que no es un roedor, por cierto, que es un lagomorfo) o las cobayas y los hámsters.

Características

También, su esperanza de vida es de entre 5 y 8 años, por lo que salvo accidente o enfermedad, la relación entre los dos compañeros de habitación será más larga y tranquila dado el carácter calmado del degús. Además, es muy sociable por lo que agradecerá que se le dedique tiempo. O se les dedique, porque al igual que algunas aves, en pareja o grupo viven mejor.

Su tamaño, rabo incluido, es de entre 25-30 centímetros y un adulto puede llegar a pesar 300 gramos. De color pardo principalmente, los hay de diferentes tonos, más oscuros o más claros. Sus orejas son grandes y redondeadas y su cola está cubierta de pelo.

Pueden reproducirse en cualquier época del año y su embarazo es de tres meses, uno d ellos más largo entre los roedores. La media de crías por parto es de cuatro, aunque puede llegar hasta 9. A este respecto, una ventaja de los degús es que su sociabilidad les permite vivir con otros ejemplares del mismo sexo sin problemas (especialmente si han convivido desde crías), por lo que es fácil evitar la proliferación indeseada de crías sin perjudicar su sociabilidad.

Cuidados

Los degús son animales activos, por lo que la jaula que será su casa debe ser amplia con espacio para moverse, de varias alturas para que pueda subir y bajar, con una rueda grande donde poder correr, alguna cuerda o rama gruesa por la que poder trepar y pequeña piscina para sus +. Así, una jaula de un metro de largo por medio de fondo y otro metro de alto es el mínimo suficiente si se le añaden un par de pisos para que la recorran también en alto.

Los degús son también animales excavadores, por lo que es oportuno ofrecerles un bloque de serrín, de viruta prensada, de paja o de celulosa para que puedan hacer galerías donde esconderse o hacer su propia madriguera.

La dieta del degús es estrictamente herbivora. Heike 'Speck' Hellwig

El material de la jaula debe ser de metal, madera o metacrilato, materiales que aguanten bien sus dientes de roedor, así que nada de plástico o rejilla en su interior.

Una de las mejores formas de mantener sus dientes a raya es la dieta de estrictamente herbívora que necesitan. El heno y distintos tipos de hierbas secas, así como verduras de hoja como la acelga, al espinaca, la endivia, los berros, los canónigos, la rúcula, las hojas de zanahoria, la berza, el pimiento verde, el calabacín. La zanahoria, los tronchos de lechugas y los del brócoli son también una buena opción. La alfalfa les gusta pero su alto contenido en calcio hace que sea plato solo para ocasiones.

Estrictamente prohibidos están los azúcares, o sea que la fruta quede fuera de la dieta, al igual que la col y las patatas.

Aunque no se bañen en agua, sí deben disponer de una fuente de agua fresca, bien una botella a modo de biberón o un pequeño tazón.

A la jaula hay que hacerle una limpieza diaria para retirar los restos de comida y la paja o el heno que le sirve de lecho. También es conveniente hacer les una limpieza a fono semanal para retirar restos que haya quedado ocultos y limpiar los comederos y bebederos.

Enfermedades

Los degús tienden a la diabetes, razón por la que hay que evitar que ingieran ninguna clase de alimento con azúcar.

Sus dientes, como es común en los roedores, son de crecimiento continuo y si no se les ofrece la posibilidad de limarlos royendo, pueden crercer demasiado y provocarles graves problemas bucales que lleguen a impedirles la alimentación.

La falta de fibra puede suponerles problemas digestivos, en caso de que, por ejemplo, se les dé demasiado pienso de cobaya o de chinchilla (del que no tenga ningún tipo de proteína animal ni melaza o fruta) y menos heno del que necesitan para un aporte de fibra suficiente.