CAELEB Dressel y Emma McKeon, ambos ganadores en los 50 metros libre que es la prueba de la pura velocidad en la piscina, pusieron el colofón a la natación de los Juegos de Tokio y se erigieron en la pareja reina de estos Juegos que han confirmado el relevo generacional en muchas de las pruebas. El estadounidense se lleva una cosecha de cinco medallas de oro, dos récords mundiales y otros dos olímpicos. Solo se le escapó el relevo de 4x100 estilos mixto que se estrenaba en una cita olímpica y que su equipo no supo interpretar en el orden más adecuado de las postas. Dressel no quiere cargar con la etiqueta de sucesor de Michael Phelps y prefiera tomarse las cosas con calma.

En el agua es un torbellino y en la final de la distancia más corta tocó la pared en 21.07, récord olímpico, y dejó atrás al ya veterano Florent Manaudou (21.55) y a Bruno Fratus (21.57). En la prueba que clausuró la natación de Tokio, el cuarteto estadounidense, con Dressel nadando la mariposa, batió el récord del mundo con 3:26.78 por delante de Gran Bretaña, que batió el récord de Europa (3:27.51) e Italia.

La australiana, por su parte, ha logrado siete medallas en Tokio, cuatro de oro y tres de bronce, con lo que supera a Ian Thorpe como el nadador o nadadora de su país con más medallas en unos Juegos. La de Wollongong, que tiene 27 años, está a una de superar a la estadounidense Jenny Thompson como la mejor nadadora olímpica de siempre. Además, es la deportista con más metales en unos Juegos en cualquier disciplina junto a la gimnasta soviética Mariya Gorokhovskaya, que logró siete en Helsinki 1952.

McKeon se llevó los 50 libre con 23.81, también nuevo récord olímpico, por delante de la sueca Sarah Sjöestrom (24.07), que se ha recuperado de una rotura en el brazo que sufrió en febrero, y la danesa Pernille Blume (24.21) para componer un podio que podría considerarse veterano. El último oro de la australiana llegó en el relevo 4x100 estilos, donde su país se impuso con 3:51.60, récord de Oceanía y olímpico. La plata fue para Estados Unidos (3:51.73) y el bronce para Canadá (3:52.60).

La última final del día fue la del 1.500 libre en la que el estadounidense Robert Finke añadió otro oro al que ya logró en los 800. Y lo hizo de la misma manera: nadó casi a la par que el ucraniano Romanchuk, el alemán Wellbrock y el italiano Paltrinieri, que fue el primero en descolgarse a falta de tres largos. Finke remató con unos últimos 50 metros imbatibles para copar los dos oros del fondo, como ha hecho su compatriota Katie Ledecky en las pruebas femeninas.

Los Juegos de Tokio acabaron, por tanto, de forma frenética y dan paso a un ciclo olímpico más corto que concluirá en París. En la piscina nipona se han batido seis récords mundiales, la cifra más baja en 25 años, pero en cambio se han mejorado 28 marcas olímpicas. El tiempo de confinamiento ha podido afectar a muchos nadadores, sobre todo los más veteranos, y el cambio de los horarios por razones televisivas, que han desplazado las finales a la mañana de Tokio, ha condicionado la mejor respuesta en el agua. Y esta cita japonesa ha podido ser la despedida olímpica de leyendas como Laszlo Cseh, que ya lo ha hecho oficial, Mireia Belmonte, Kattinka Hosszu o Federica Pellegrini, que ayer nadó la final del 4x100 estilos por quintos Juegos consecutivos.