ace casi 30 años más o menos Pedro y Horten, padre y madre de Rubén de la Fuente, se embarcaron en un proyecto ambicioso y algo arriesgado. Abrieron su propia librería. Sin duda, fue un paso adelante valiente y aunque no hubo miedo al fracaso, normal en todo nuevo proyecto, decidieron apostar por lo que querían. Quizá por primera vez en mucho tiempo y además juntos. Crear en pareja un proyecto por el que los dos creen es algo muy bonito pero en el que los riesgos, económicos por mencionar solo unos, son muy grandes en caso de que no se materialice en lo económico, resumido en las ventas de libros, como se quiere o desea.

Pese a todo se lanzaron y sin tener experiencia previa en el sector. Hoy en día cualquier experto les recomendaría que no lo hicieran o que por lo menos lo hicieran con mucha precaución. Por ejemplo, no invirtiendo todo en un mismo proyecto, dicho de otra, sin poner toda la carne en el asador y reservarse así un salvavidas mediante el cual seguir con vida. Ellos lo tenían claro, querían abrir su librería en Orduña, en su casa. Querían trasladar su pasión por la lectura a la librería y ser una referencia en la ciudad para sus vecinos.

Pedro hasta ese momento trabajaba en una empresa, mientras que Orten lo hacía en una fábrica. No les iba mal pero no estaban contentos. En el camino vieron que él trababa en un lugar que no le llevaba a ningún lado y pensaron en materializar juntos el suyo que les venía rondando durante un tiempo. En la actualidad están ‘Kale Berria 8’ en un sitio grande, luminoso y a la vista de cualquiera que pase por la calle pero en el comienzo la librería era más coqueta, no estaba muy lejos de la actual localización y pese a que tenía un encanto especial hace un tiempo pensaron en que tenían que cambiar. Los tiempos así lo pedían y significaba evolucionar a mejor, algo que el propio Pedro y la propia Horten hicieron hace más o menos tres décadas cuando se lanzaron a abrir la librería Mahor.

rubén coge el testigo de mahor

Rubén de la Fuente, dueño de la librería desde hace 15 años, no siempre se ha dedicado a la librería pero siempre ha sido un apasionado de la lectura y de los libros. En su época de estudiante ayudaba cuando podía a sus padres en la librería y poco a poco, sin quizá él saberlo, le empezó a nacer en su interior la pasión por la librería. Estudió Comercio Internacional y esto le llevó a pasar dos años trabajando en Inglaterra y a su vuelta anduvo en el ‘Pryde’ de Bilbao, el ferry, durante un tiempo antes hacerse cargo de manera definitiva de la librería. En la actualidad, junto a él trabaja Ainhoa, a media jornada, ayudándole en la tienda y de vez en cuando, por no decir siempre, se puede ver al fundador, Pedro, en la librería. “Tiene 79 años y podemos decir que un librero lo es siempre”, dice.

clientes fieles

No es una tarea fácil tener una librería con solo libros a día de hoy, sería utópico pensar que se puede hacer algo de este tipo. Por ello, las librerías se ven obligadas a activar dos patas a su negocio, que son esenciales para que en consecuencia los clientes compren libros, lo que a ellos como libreros les interesa. Hablamos de que las librerías hoy en día además de libros venden prensa y todo tipo de papelería. Esto hace que los clientes se acerquen y alguno por la simple curiosidad termina comprando un libro, algo que siempre es bienvenido.

En la librería Mahor, por ejemplo, han notado que la venta de libros en este último tiempo se ha incrementado pero nunca estará al nivel de cuando no existían plataformas como Amazon. Este tipo de sitios online, asegura Rubén, han hecho un daño terrible no solo a ellos sino a todas las empresas locales. Él siempre tiene una máxima que intenta transmitir a sus clientes y es que cuando vayamos a comprar algo hagamos la técnica del espiral, que consiste en que vayamos avanzando el perímetro de compra teniendo como referencia nuestra casa, y si ahí vemos que nadie nos puede ofrecer aquello que estamos buscando pues optemos por otras vías pero que sean siempre la última opción.

guiar a los clientes en la compra

Por último, hablaremos de las recomendaciones que los libreros realizan a sus clientes. Les asesoran y les recomiendan qué comprar. Les guían y les hacen descubrir escritores o escritoras que no conocían. En la librería Mahor, por ejemplo, Rubén de la Fuente lo primero que hace es preguntar al cliente qué es lo que suele leer, qué autores le gustan, qué géneros literarios le atraen más, qué intereses tiene... Con esto trata de hacerse una ficha para saber qué tipo de lector es el cliente en cuestión y para poder recomendar de la mejor manera posible un libro.

Asegura, que de la tienda todas las personas salen con un libro y muchos vuelven para coger más sobre el mismo autor o la misma autora o más recomendaciones sobre el mismo género literario. Tal y como afirma, nadie mejor que él puede saber qué se lee en Orduña y confiesa que todo lo que sea local es éxito seguro. Recomienda dos libros, uno el de Jose Luis Urrutia que escribió una trilogía de la Edad Media y en uno de sus libros se ambienta en la ciudad vizcaína situada a orillas del río Nervión. El otro libro que resalta es el de Joseba Egiguren que escribió ‘Prisioneros en el campo de concentración de Orduña (1937-1939)’, entre otros libros.

Rubén de la Fuente es un hombre inquieto y creativo y por ello, hace un tiempo decidió que decoraría uno de los escaparates que tiene en la librería Mahor. Mientras que uno, el derecho, estaría siempre lleno de libros el otro, el izquierdo, lo decoraría. Actualmente, y con motivo del sello editorial que han sacado recientemente, el escaparate lo tiene decorado con un fondo azul, que simula el mar, y varios peces hechos de cartón en honor al libro de Arantza Álava, ‘Peces de terraza’. “Alaine y Elaia -sus hijas- me han ayudado y lo hacíamos a la tarde cortando peces con cartulinas”, confiesa.

La idea principal que tenía Rubén era hacer un fondo marino y se le ocurrió que podía hacer unos peces de cartón con papel albal. En principio pensó en hacer 25 peces, uno por relato del libro, pero finalmente solo hizo 14, ya que se quedó sin ideas para dibujarlos diferentes “Para mí es de los más fáciles porque no hay mucho que poner y a la gente le ha gustado mucho”, indica.

Pero ésta no es la primera vez que ha decorado su escaparate de forma peculiar, algo que sin duda confiesa atrae a muchos clientes. Y no se queda lo cosa ahí, ya que en más de una ocasión se han presentado a concurso de escaparatismo. En una ocasión presentaron uno al concurso de Bizkaia inspirado en ‘El Principito’, asegura que lo pasó en grande ideando cómo hacer el escaparate.

Por otro lado, en 2018 se presentó por primera vez al concurso de la Cámara Comercio de Bizkaia y desde entonces no ha dejado de hacerlo. Aun así reconoce que cada vez es más complicado ganar porque han reducido los premios a uno solo y ahí tiene que competir con librerías que contratan a profesionales del escaparatismo. Él, por su parte, continuará haciéndolos él, tal y como ha hecho desde el principio. Ahora solo tiene en mente cómo será el de Navidad. Habrá que darse una vuelta por Orduña, y concretamente por la ‘Librería Mahor’, para ver con qué escaparate sorprende a sus vecinos de Orduña Rubén de la Fuente.

“Llevo 15 años en la librería. Antes estuve dos años trabajando en Inglaterra y también estuve en el ‘Pryde’ de Bilbao”

“Mi ama y mi aita no habían trabajado en una librería antes pero decidieron lanzarse a abrir una en Orduña”

“Mantener aquí una librería sólo con libros es imposible. Por ello también tenemos prensa y papelería”

“En Mahor asesoramos a nuestros clientes para acertar. Si entras, sales con un libro. Eso seguro”