En casa la animaban a seguir con su meteórica carrera deportiva. Pero la ataundarra Nora Tobar, que en apenas un par de años empezó a volar en salto de altura por encima de 1,80 metros (su récord personal es de 1,84 m), decidió aparcar el atletismo de alto nivel en verano de 2023 para trabajar en la ikastola de Lazkao, a diez minutos en coche de su pueblo natal. El curso que ya termina es el segundo en el que imparte clases a las niñas y niños de primaria, con el objetivo de empezar a ganar un dinero que en los deportes minoritarios suele escasear.
La joven guipuzcoana, que acaba de cumplir 25 años, ha sido varias veces ganadora del Campeonato de España y es una de las grandes figuras vascas de atletismo. No sabe qué le deparará el futuro: en un principio, su contrato de sustitución en la ikastola llega ahora a su fin y se quedará sin trabajo de cara al curso que viene. ¿Retomará el deporte? ¿Se preparará unas oposiciones? Nora se muestra dubitativa. Aún no lo tiene claro. Y repite una frase durante la conversación telefónica: “Sobre la marcha”, dice. Poco a poco, partido a partido. El verano parece que dictará sentencia. Y, del mismo modo que decidió aprovechar una oportunidad laboral que le llegó por sorpresa, espera vislumbrar pronto una nueva salida profesional. Tenga o no que ver con el atletismo.
Durante este tiempo de impasse no ha dejado de entrenar. Aprovecha el característico terreno escarpado del Goierri para ejercitarse, salir a correr y realizar ejercicios de fuerza y resistencia. Se mantiene en forma, aunque insiste varias veces en que le “falta frescura” para la competición. Nora es tan voluntariosa y exigente consigo misma que, cuando sus padres le plantean la opción de continuar con el deporte de una manera más “relajada”, rechaza de plano la idea. “Si vuelvo a competir será para hacerlo en el máximo nivel. No quiero que sea a medias”, afirma.
De pequeña, se interesó primero por la pelota a mano, como tantos en Ataun. El atletismo llegó más tarde, cuando vio que para una niña era complicado progresar en el mundo de la pelota. Enseguida empezó a destacar con la camiseta urdina del Ordizia. Desde que se federó en 2014, Nora fue cosechando importantes medallas allá por donde iba, representando a Txindoki Atletismo Taldea (Txindoki AT). Su palmarés incluye títulos estatales en las categorías sub-16, sub-18 y sub-23.
El gran salto
En 2021 dio el gran salto: se abrió un hueco entre las mejores y apuntaló su crecimiento. Por primera vez, se proclamó campeona de España absoluta, firmó su mejor marca y se estrenó en un campeonato europeo, en Tallin (Estonia). Según recuerda, “mejoró un montón” en la prueba de salto de altura. Cada vez saltaba más alto. Cinco, diez, quince centímetros más. Vio que tenía un filón muy interesante por explotar. Hasta entonces, se había centrado en las pruebas combinadas del heptatlón (siete disciplinas) y del pentatlón (diez disciplinas).
Durante tres temporadas fue una de nuestras saltadoras estrella. En Estonia coincidió con la atleta ucraniana Yaroslava Mahuchikh, quien el año pasado hizo un salto histórico volando por encima de los 2,10 metros y dejando a todo el mundo boquiabierto. Batió un récord del mundo que llevaba 37 años en pie, desde que la búlgara Stefka Kostadinova alcanzara los 2,09 metros en 1987.
Su vida ha cambiado desde 2023, pero ¿sueña con que algún día supere la barrera de los dos metros? “Soñar, sí que sueño con ello. Pero aquí donde vivo, con inviernos tan largos y estando yo sola, es muy complicado que pueda plantearme algo así. Además, necesitaría un entrenador”, apunta. Quizás por eso, cuando viaja al extranjero en sus vacaciones se decanta por climas más templados, como los de México o Grecia.