Adiós a planchar en la vuelta al cole: El método para tener la ropa lista en 10-15 minutos
Con el inicio del curso escolar, el lavado y planchado de la ropa y los uniformes vuelve a ser una de las labores que más tiempo nos llevan en casa
Con el inicio del curso escolar, las familias retoman las rutinas de madrugones, desayunos rápidos y mochilas preparadas. En medio de este ajetreo, la plancha de ropa suele convertirse en un obstáculo añadido. Por eso, cada vez más personas recurren a un método sencillo y eficaz para olvidarse de la plancha, logrando que la ropa luzca impecable sin necesidad de dedicarle horas y con resultados más que aceptables en el día a día.
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El vapor de la ducha como solución
El truco más extendido consiste en aprovechar el vapor caliente de la ducha para alisar la ropa. Colgar la prenda en una percha dentro del baño mientras se genera vapor permite que las arrugas más superficiales desaparezcan en cuestión de minutos. Se trata de un recurso especialmente útil para camisas, blusas o pantalones ligeros, prendas que suelen arrugarse con facilidad pero que también reaccionan mejor a la humedad y al calor ambiental. La ventaja es que este procedimiento no requiere un esfuerzo extra: basta con planificar el momento y colocar la ropa en el lugar adecuado mientras alguien se ducha.
Aunque no sustituye un planchado profesional en tejidos muy gruesos, ni es apto para eliminar pliegues marcados en vaqueros o prendas de lino, lo cierto es que para la mayoría de situaciones cotidianas el resultado es más que suficiente. Una blusa para clase, una camiseta para actividades extraescolares o incluso un vestido de algodón pueden quedar listos para usarse con apenas unos minutos de exposición al vapor.
Ventajas en la rutina diaria
Una de las principales ventajas es el ahorro de tiempo. No es necesario sacar la tabla, enchufar la plancha ni esperar a que alcance la temperatura adecuada. Además, se evita la posibilidad de olvidarse el aparato encendido, un descuido que puede ser peligroso y que genera un consumo eléctrico innecesario. El menor gasto energético es otro punto fuerte. El vapor se produce igualmente durante la ducha, por lo que aprovecharlo es una forma de optimizar recursos sin necesidad de aparatos adicionales.
Por otro lado, este sistema contribuye al cuidado de la ropa, ya que elimina el contacto directo con la plancha, una de las principales causas de desgaste y quemaduras accidentales en los tejidos. Es habitual que determinadas telas sintéticas, delicadas o con estampados sufran daños cuando se exponen a altas temperaturas. El vapor, en cambio, relaja las fibras sin deteriorarlas.
En plena vuelta al cole, cuando cada minuto cuenta y las familias se enfrentan a horarios ajustados, disponer de un recurso tan accesible puede marcar la diferencia entre salir con prisas o hacerlo con una imagen cuidada y sin estrés añadido.
Otros trucos que ayudan
El vapor de ducha no es el único aliado contra las arrugas. Existen otros métodos caseros que también pueden funcionar en función de la prenda y del tiempo disponible. Uno de los más mencionados es el spray antiarrugas elaborado en casa, que se consigue mezclando agua con unas gotas de vinagre blanco o, en versiones más suaves, con un poco de suavizante textil. Pulverizar la mezcla sobre la prenda y dejarla secar colgada produce un efecto de relajación en las fibras que ayuda a eliminar los pliegues más visibles.
También conviene recordar la importancia de un gesto tan simple como colgar la ropa inmediatamente tras lavarla. Muchas de las arrugas que luego obligan a plancharse se producen durante el secado, por lo que tenderlas o colocarlas en perchas nada más terminar el lavado ayuda a mantener su forma natural y reduce de manera notable la necesidad de planchado.