Pocas cosas desesperan tanto como sacar toallas “recién lavadas” y que, al secarte, huelan a humedad. Es un problema muy habitual en casa: baños con poca ventilación, secados lentos en días húmedos, dejar la colada dentro del tambor más tiempo del debido o cargar demasiado la lavadora hacen que el olor reaparezca al primer o segundo uso. No es cuestión de tejido caro o barato: incluso las toallas nuevas pueden impregnarse si permanecen húmedas. Y, como recuerda @la_ordenatriz, el origen no es el sudor, sino los microorganismos que prosperan con la humedad; por eso, cuando las condiciones se repiten, el olor vuelve una y otra vez. La buena noticia es que con el enfoque correcto se corta de raíz y las toallas recuperan olor a limpio de forma duradera.

El problema son las bacterias

@la_ordenatriz arranca con una pregunta directa: “¿Has probado ya todos los remedios caseros que sabes para quitar el mal olor en toallas o en ropa de deporte y no se quita o aparece enseguida? Quédate que te explico cómo solucionarlo.” La clave, explica, está en entender el origen del olor: “¿Tú sabías que el sudor en sí mismo no huele? En realidad ese olor lo producen las bacterias de nuestra piel y lo mismo ocurre con ese mal olor a humedad que a veces nos encontramos en las toallas.

Un hombre se seca el pelo con una toalla después de la ducha. Freepik

Esas bacterias se alimentan de la humedad al igual que otros pequeños hongos causantes del mal olor.” Es decir: si el textil queda húmedo o se guarda sin secar del todo, se crea un ambiente perfecto para que proliferen microorganismos y vuelva el olor.

La solución está en desinfectar la colada

La creadora recomienda introducir un desinfectante específico en el lavado para eliminar la carga bacteriana que los detergentes, por sí solos, no siempre consiguen erradicar. Lo formula así: “Te traigo un productazo que elimina el 99,9% de los gérmenes, igual de efectivo que la lejía, pero no se come los colores y no tiene ese olor tan desagradable. Sanitol desinfectante para la colada.”

El uso es sencillo y se integra en la rutina habitual: “Añádelo en tus lavadoras, en la cubeta del suavizante y di adiós a los malos olores de verdad porque ya no habrá bacterias.” Y añade una advertencia básica para no confundirse al comprar: “Ah, importante, sólo son desinfectantes reales los productos que lo indican en la etiqueta.”

Para que el resultado dure, conviene acompañar la desinfección con hábitos que corten la humedad persistente: tender nada más acabar el programa, evitar dejar las toallas dentro del tambor, asegurar un secado completo (mejor en exterior) y no sobrecargar la lavadora para que el agua y el producto circulen bien entre las fibras. Si la toalla lleva tiempo con olor, una primera colada con desinfectante, seguida de secado exhaustivo, suele marcar la diferencia; a partir de ahí, mantener la rutina evitará que las bacterias vuelvan a colonizar el tejido.

Un contenido en auge

El auge de las redes sociales ha disparado la difusión de trucos de limpieza caseros: los vídeos cortos de TikTok, Instagram o YouTube convierten en virales rutinas simples con demostraciones de “antes y después”, lenguaje claro y resultados inmediatos que generan confianza y réplica. Creadoras del hogar como @la_ordenatriz canalizan esa demanda con explicaciones prácticas y comprobables, lo que multiplica el boca-oreja digital y crea comunidades que comparten dudas, errores y mejoras.

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El algoritmo premia lo útil y visual, de modo que un consejo bien grabado puede llegar a millones en horas y acabar integrado en la rutina doméstica. Este crecimiento, además, acerca soluciones accesibles y económicas a públicos muy distintos, desde principiantes a personas con experiencia. Como contrapunto, los expertos recomiendan verificar la información, leer la etiqueta de los productos y priorizar métodos seguros para que las ideas virales sean también eficaces y seguras en casa.