El retinol, un derivado de la vitamina A, es conocido desde los años 70 por sus propiedades para estimular la renovación celular, suavizar arrugas y mejorar la textura de la piel. Sin embargo, nunca había tenido tanto protagonismo como ahora. El boom del cuidado de la piel en redes sociales lo ha convertido en el ingrediente estrella, con vídeos que superan millones de visualizaciones.
Lo curioso es que un compuesto de farmacia se ha transformado en un fenómeno cultural: tutoriales caseros, retos de “antes y después” y explicaciones de influencers sobre cómo usarlo sin dañar la piel. Lo que antes era una recomendación médica puntual ahora se comparte como si fuera un secreto viral.
El efecto “wow”
Parte de su popularidad se debe a que el retinol funciona y los resultados son visibles. Muchas usuarias muestran cómo en pocas semanas notan la piel más luminosa, con menos marcas de acné y líneas de expresión difuminadas. Este efecto inmediato ha disparado su fama, generando la sensación de “producto milagro”.
Pero la ciencia y los dermatólogos insisten: no es magia, es química. El retinol acelera el proceso de renovación de la piel, lo que conlleva una fase inicial de irritación, enrojecimiento o descamación conocida como “retinización”. Por eso, los expertos recomiendan introducirlo de forma gradual, empezando con concentraciones bajas, aplicándolo solo por la noche y siempre acompañado de protector solar durante el día.
La historia del retinol
El retinol no nació en redes sociales ni en la cosmética comercial, sino en los laboratorios dermatológicos de los años setenta. Allí se empezó a utilizar como tratamiento contra el acné por su capacidad de estimular la renovación celular y regular la producción de sebo. Con el tiempo, los especialistas descubrieron que este derivado de la vitamina A también tenía un efecto visible en la reducción de arrugas finas, manchas y cicatrices, lo que lo convirtió en un recurso médico antes de popularizarse en las rutinas de belleza domésticas. Hoy sigue siendo una herramienta muy presente en consultas dermatológicas, especialmente en terapias contra el envejecimiento cutáneo y la hiperpigmentación.
El origen del retinol está en la vitamina A, un nutriente esencial que el organismo obtiene a través de alimentos como el hígado, la yema de huevo, los lácteos y verduras de hoja verde. En la piel, su acción es clave para mantener la elasticidad, la regeneración celular y la producción de colágeno. Los laboratorios lograron aislarlo y formularlo en versiones estables para uso tópico, lo que dio lugar a cremas y sérums que hoy arrasan en el mercado. Aunque su fuente es natural, el retinol que llega a los cosméticos suele producirse de manera sintética para garantizar mayor estabilidad y seguridad en su aplicación.
El retinol ha pasado de ser un término médico a convertirse en un fenómeno viral que arrasa en redes sociales. Su fama se debe a una mezcla explosiva de eficacia real, testimonios visuales y la dinámica acelerada de las plataformas digitales. Como todo lo que se vuelve tendencia, tiene su cara y su cruz.