Te invitan a comer o a cenar a una casa y eres consciente de que debes adaptar tu vestuario a la formalidad o informalidad de la convocatoria. También sabes que es de buen gusto ser puntual, no llegar ni demasiado pronto ni tarde, y que debes comer con moderación.

Sin embargo, frente a estas certezas, hay algo que tal vez no tengas tan claro: ¿debo llevar alguna cosa o es mejor ir con las manos vacías? Hay veces en las que uno no sabe cómo acertar, pero lo cierto es que una de las reglas más universales de cortesía dice al respecto que siempre, siempre, hay que llevar algo.

Así, aunque no existe un protocolo rígido, sí hay ciertas normas de etiqueta y de sentido común que nos pueden guiar para actuar con acierto en cada ocasión.

Un hombre recibe varios obsequios por parte de sus invitados.

¿Qué se puede regalar?

Una vez que está claro que algo hay que llevar, te asaltará otra duda: ¿el qué? Pues bien, ten presente que el objetivo del regalo no es impresionar a los anfitriones ni al resto de invitados, sino mostrar aprecio y gratitud hacia quien te ha abierto las puertas de su casa.

Por ello, los obsequios no deberán ser demasiado caros porque, de lo contrario, pueden incomodar a quien lo recibe y hacerle sentirse en deuda con el invitado.

Aunque uno de los regalos más habituales es el vino, este puede jugarte una mala pasada. Si no lo has acordado previamente con el anfitrión, puedes hacerle una faena: podría sentirse obligado a abrir tu botella aunque él ya hubiera elegido otro vino para el menú.

Lo mismo ocurre con los postres: llegar con una tarta o con unos pasteles sin avisar puede estropear el broche final que el anfitrión había preparado con tanto esmero.

Así, si tienes intención de llevar algo de comer o de beber, lo mejor es que lo hables antes con el anfitrión, lo que le permitirá decidir si le conviene incluirlo en el menú o si prefiere reservarlo para otra ocasión.

Eso sí, todo esto servirá para reuniones informales ya que, en el caso de las formales, lo correcto será limitarse a llevar un detalle impersonal y elegante que no altere los planes del anfitrión.

El anfitrión sirve vino a sus invitados durante una comida con amigos. Freepik

Otras alternativas

Visto que el vino, pese a ser uno de los regalos más recurrentes, no es siempre la mejor opción, hay otras alternativas que según los expertos nunca fallan. Entre estas destacan:

- Aceite de oliva virgen extra

Se trata de un producto de calidad, útil, duradero y que no requiere ser consumido en el momento. Si eliges una botella bonita o de producción local, el detalle será aún más especial.

- Chocolate artesanal

Es ideal para acompañar el café tras la comida o la cena. Opta por algo diferente: presentaciones elegantes, sabores originales o ingredientes exóticos.

- Licores

Si sabes que el anfitrión es aficionado al whisky, al ron añejo o a la ginebra, elegir una botella de calidad es una apuesta ganadora.

- Una planta

Mejor que un ramo de flores, que puede causar molestias al anfitrión (quitarle el papel, buscar un jarrón, ponerle agua, cortar los tallos...) en un momento en el que este tiene que atender a sus invitados, opta por una planta con maceta que puede colocarla de forma inmediata en cualquier lugar.

- Productos gourmet

Son regalos que transmiten buen gusto y son perfectos para anfitriones a los que les guste el buen comer.

- Detalles para la casa

Si tienes mucha confianza con los anfitriones, un pequeño y práctico accesorio para el hogar puede ser una buena opción. 

Qué debes evitar

Si quieres ser un invitado ejemplar, nunca te presentes con platos preparados o caseros que pueden chocar con el menú ya planificado por el anfitrión. Tampoco lleves dulces industriales o chucherías que, además de ser poco saludables, son más propios de compromisos infantiles. Si te inclinas por un obsequio, que este nunca sea voluminoso o decorativo (aunque a ti te guste mucho, puede no encajar con el estilo del hogar y acabar relegado a un cajón).

Ya lo ves, ser un buen invitado no es difícil si se siguen unas normas básicas de cortesía. Un regalo acertado será una buena forma de corresponder al gesto del anfitrión y una forma de contribuir a que la velada deje un buen sabor de boca a todos los invitados.