En el congreso sobre periodismo vasco en América organizado el año pasado por el recientemente fallecido Leopoldo Zugaza, en el Instituto Bibliográphico Manuel de Larramendi, presenté una comunicación sobre las publicaciones periódicas del Frente Nacional Vasco (FNV) de la que ofrezco aquí un resumen. Vieron la luz entre 1957 y 1967 en América –en México, Venezuela y Argentina– gracias a la labor de exiliados vascos de la dictadura franquista agrupados en la organización denominada Frente Nacional Vasco–Euzko Aberri Alkartasuna, minoritaria y disidente de la postura que el nacionalismo vasco oficial (EAJ/PNV y el Gobierno vasco en el exilio) mantenía en su resistencia a la dictadura.

La idea de un FNV, con antecedentes desde el final de la Segunda Guerra Mundial, comenzó a desarrollarse tras la celebración del Congreso Mundial Vasco organizado en 1956 en París por el Gobierno vasco en el exilio presidido por José Antonio de Aguirre. El desencanto por la consolidación de la dictadura franquista tras veinte años de represión y exilio había hecho a abertzales –en su mayoría identificados con el movimiento Jagi-Jagi o de Euzko Mendigoizale Batza– cuestionar la resistencia que lideraban el Gobierno vasco exiliado y el principal partido que lo sustentaba: EAJ/PNV. Voces disidentes con la línea oficial ya habían podido escucharse en el mencionado Congreso.

La idea principal del Frente Nacional Vasco era la unión de todas las fuerzas políticas y sindicales nacionalistas vascas (EAJ/PNV, ANV, EMB y ELA/STV) en contraposición con las que habían acordado en 1945 el Pacto de Baiona para coordinar la resistencia a la dictadura (EAJ/PNV, PSOE-PSE, PCE de Euzkadi, ANV, Partido Republicano Federal, Izquierda Republicana, EMB, UGT, ELA/STV y CNT).

Ejemplar de ‘Euzkadi Azkatuta’.

Eran referentes las ideas de veteranos líderes abertzales como Elías de Gallastegi o Luis de Arana (fallecido en 1951) de no colaborar con fuerzas políticas españolas que les habían llevado incluso a propugnar la neutralidad durante la Guerra Civil y a no apoyar la constitución de un Gobierno vasco autónomo.

Entre los principales promotores del Frente Nacional Vasco cabe citar a Ángel Agirretxe Goikoetxea, Juan José Bardesi y Agustín Zumalabe, miembros del Jagi-Jagi exiliados en Iparralde. La idea se trasladó al exilio vasco en América y el FNV constituyó “delegaciones” en México, Venezuela y Argentina.

En México se publicó la hoja Euzkadi Azkatuta desde 1957 hasta 1965 bajo la dirección de Jacinto Suárez Begoña, Jakinda. Nacido en Ibarrekolanda (Bilbao) en 1903, su familia acabó residiendo en Ondarreta (Getxo) donde desde su infancia se integró en grupos de danzas organizados por las juventudes de EAJ/PNV. Durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) perteneció al grupo mendigoizale Lenago Il. Exiliado en México tras la Guerra Civil, fue el organizador del grupo de danzas de su Centro Vasco. Su fallecimiento en 1967 supondría prácticamente el final de la actividad del FNV en México.

Ejemplar de ‘Euzko Aberri Alkartasuna’ (1960).

En los 96 ejemplares de Euzkadi Azkatuta quedaron reflejadas las principales características que definieron al Frente Nacional Vasco: la crítica a la colaboración con las fuerzas políticas españolas, la crítica al socialismo y al comunismo y, por otro lado, las referencias elogiosas a Sabino de Arana y al heroísmo durante la Guerra Civil. Además, quienes habían sufrido la violencia durante la guerra y la dictadura, impuesta y mantenida violentamente, apelaban a las acciones violentas como medio para conseguir los objetivos políticos.

Los procesos emancipadores y descolonizadores en pleno desarrollo en estos años fueron tenidos como referentes. La hoja de abril de 1961 se titulaba: ¡¡Viva África Libre!! …¡África para los africanos! ¡Viva la Libertad de todos los pueblos oprimidos del mundo! La hoja de enero de 1962 con el título Txillardegi ha dicho recogía el contenido de la conferencia que había pronunciado este en la sede del Gobierno vasco en París el 25 de octubre del año anterior, favorable a la creación de un “Frente patriótico”. Su simpatía con la naciente organización ETA fue cada vez siendo mayor y en la hoja de febrero de 1964 expusieron los motivos en un artículo titulado Porqué estamos con el ETA.

El principal impulsor del Frente Nacional Vasco en Venezuela fue Manuel Fernández Etxeberria, Matxari. Natural de Eibar, antes de su exilio había trabajado como periodista, especializado en pelota, en el diario deportivo Excelsius, colaborando también en el Euzkadi. Fue el director desde Caracas de Irrintzi (1958-1962) y posteriormente publicaría Sabindarra (1970-1974).

Ejemplar de ‘Frente Nacional Vasco’ (1967).

La evolución del ideario de Irrintzi fue semejante al ya comentado respecto a Euzkadi Azkatuta. Colaboraron con esta publicación Andima Ibinagabeitia, Andoni Arozena, Jon de Urresti Kirru, Sandalio de Tejada, Ceferino de Jemein, Ion de Beiztegi, Mikel Ayerdi, Jabier Elgezabal, Balendin de Aurre Apraiz, Errupin de Arregi, Carlos Villanueva, Agustín de Zumalabe, si bien conforme a irse acentuando el distanciamiento de EAJ/PNV algunos dejaron de escribir en ella, especialmente a partir de 1961.

En este año debió producirse la expulsión del partido de Matxari tras su crítica del “Pacto de la Unión de Fuerzas Democráticas” que PNV, ELA y ANV habían firmado el 21 de junio de 1961 en París junto a Izquierda Demócrata Cristiana, el Partido Socialista Obrero Español, Acción Republicana Democrática y la Unión General de Trabajadores. “(…) Protestamos, pues, con todas nuestras fuerzas, del ‘pacto’ ese que de nuevo se ha firmado en París bajo la égida de Don Indalecio Prieto, tan rabiosamente español como antivasco. (…) Indalecio Prieto es tan español y tan ‘unitario’ y tan amante de Una España Grande, Libre e Imperial, como el más desesperado de los sargentos de cualquier centuria de la Falange Española y ‘eso’ de las JONS (…)”

Otra publicación del Frente Nacional Vasco en Venezuela fue la titulada Gudari, en homenaje a Elías de Gallastegi, subtitulada Por una Euzkadi Independiente, de la que solo conozco su primer número de julio de 1959.

Ejemplar de ‘Gudari’.

En 1960 se publicó también en Caracas un primer número de Euzko Aberri Alkartasuna – Frente Nacional Vasco, que continuaría publicándose de 1964 a 1968 también bajo la dirección de Matxari, que continuó así la actividad de la desaparecida Irrintzi. En 1967 esta publicación del FNV marcaría distancias con ETA con un artículo titulado Quieren un Estado vasco socialista argumentando que “(…) todo nacionalismo es respetable y aún objeto de simpatías si realmente está movido por la dinámica abertzale. En la misma medida que aborrecible cuantos del sentimiento nacional se valen para buscarle emplazamiento para otros fines. (…)”.

En Argentina el Frente Nacional Vasco publicó la hoja Tximistak desde 1961 hasta 1967. Fue su director José Luis Azumendi Madinabeitia que había sido periodista deportivo en el diario Euzkadi, especializado en boxeo, lo que favorecería su buena relación con Matxari. Según testimonio de Mikel Ezkerro, a cuya amabilidad y buena memoria debo muchos de los datos que incluyo aquí, combatió durante la Guerra Civil como gudari en el batallón de Enlaces y Transmisiones del Ejército vasco. Exiliado en Argentina tras la guerra pasó a liderar el FNV en este país tras ser invitado a ello por Juan José Bardesi por sugerencia de Matxari.

De la lectura de estas publicaciones disidentes de la línea oficial del nacionalismo vasco en el exilio en América entre 1957 y 1965 pueden destacarse las siguientes características.

Desde el FNV se mostraron contrarios a la colaboración en la resistencia a la dictadura franquista con las formaciones políticas antifranquistas que no fueran vascas. Eran herederos de un “neutralismo” defendido durante la Guerra Civil de forma muy minoritaria pero por figuras destacadas y ya muy veteranas del nacionalismo vasco como Luis de Arana y Elías de Gallastegi. Postura tan minoritaria que ni siquiera tuvo eco entre los más cercanos a ellos –los miembros del Jagi-Jagi o EMB– que constituyeron dos batallones que combatieron en el conflicto.

Ejemplar de ‘Irrintzi’.

No reconocían la condición de Gobierno nacional en el exilio al Gobierno vasco presidido por José Antonio de Aguirre, primero, y Jesús María de Leizaola, posteriormente, tanto por su fundamento legal (con base en el ordenamiento republicano español), como por su territorialidad (limitada a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa) y su naturaleza autonómica. Se sigue aquí también el ideario de Luis de Arana que se dio de baja de EAJ/PNV con motivo de la aprobación del Estatuto de Autonomía y la constitución del primer Gobierno vasco en octubre de 1936. Se contrapone el autonomismo, considerado como una traición, con el independentismo.

La figura de Sabino de Arana se mantuvo como un referente olvidando su participación pragmática en la política de su época como diputado de la Diputación de Bizkaia. También se mantuvo como referencia la religión católica y el lema JEL. Y otro rasgo importante en esta línea es un declarado antisocialismo.

Se aprecia una evolución en estos pocos años, si bien diferente según cada publicación y la personalidad de sus redactores, desde una crítica contenida a la línea oficial del Partido Nacionalista Vasco a otra más abierta y cada vez menos respetuosa y más agresiva, coincidiendo con procesos que acabaron suponiendo su expulsión de EAJ/PNV en la mayoría de los casos. La mayoría de los redactores de estas publicaciones eran personas ya veteranas dos décadas después de haber terminado la Guerra Civil aunque eran constantes sus apelaciones a la juventud. Esta circunstancia generacional puede ayudar a explicar mejor las características comentadas hasta ahora.

La aparición de ETA en el seno de la resistencia antifranquista liderada hasta entonces por EAJ/PNV fue acogida muy positivamente por el Frente Nacional Vasco al poner en cuestión ese único liderazgo tan criticado, celebrando la existencia de ETA, Enbata, Iratxe y cualquier otra organización que no estuviera en la órbita del principal partido.

Ejemplar de ‘Tximistak’.

El auge en estos años del proceso de descolonización, proclamándose la independencia de numerosos países en muchos casos tras guerras protagonizadas por movimientos de liberación nacional tuvo importancia para quienes habían combatido y perdido una guerra dos décadas antes y no veían más que la consolidación de una dictadura criminal y genocida que ponía en riesgo la supervivencia misma del Pueblo Vasco como tal, con peligro evidente de que desapareciera su cultura e identidad, implacablemente perseguidas. Por ello, fueron abundantes los artículos que no vieron otra solución a esta situación que una acción violenta y emancipadora como la que estaba teniendo éxito en tantos otros países.

Desde el Frente Nacional Vasco se veía como una esperanza la lucha que propugnaban los jóvenes “del” ETA, de aquella incipiente ETA que tuvo entonces mucho más en común con el pensamiento de los miembros del Frente Nacional Vasco que lo que tendría tras su evolución en los años posteriores. Las cinco publicaciones del Frente Nacional Vasco que hemos visto aquí son, en definitiva, la expresión de una disidencia difícil e ingrata, inconveniente, basada en convicciones, ilusiones y desilusiones, en un tiempo de exilio que a sus autores se les hizo, literalmente, eterno, también en su refugio en aquellas tierras americanas en las que pudieron conservar su libertad personal pero no encontraron la forma de conseguirla para su Euzkadi añorada, lejana e idealizada.

El autor: Luis de Guezala

Doctor en Historia y Máster en Archivística por la Universidad del País Vasco. Responsable de la Hemeroteca ‘Uzturre’ y de la Biblioteca del Archivo del Nacionalismo de Sabino Arana Fundazioa.