Marisquería Karlos, caprichos del mar a precio asequible en Bilbao
El restaurante lleva casi 50 años regalando el paladar de sus clientes con productos de calidad en los menús de siempre
El restaurante-marisquería Karlos es un clásico en Bilbao cuando se trata de dar un capricho al paladar y de hacerlo sin que ello suponga un disgusto para el bolsillo. En un ambiente sencillo, sin florituras, apuestan por un género de calidad, siendo fieles a esta filosofía desde que abriera sus puertas en 1978.
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Desde entonces se ha forjado una trayectoria de éxito, como se comprueba a la hora de hacer una reserva, que requiere meses de antelación.
Ello, en gran parte, debido a la calidad del género que ofrece en sus mesas. De proveedores de Galicia les llegan las ostras, camarón, cigala, quisquillas, almejas, percebes... y por encargo, en temporada, traen hasta centollas gallegas. No obstante, tienen siempre a pedir de boca centollos, bueyes y nécoras de aguas francesas y escocesas. En suma, todas las joyas marinas que se puedan imaginar.
Además de marisco, que constituye la especialidad de la casa, por la que es tan conocido, ofrecen pescados salvajes, véanse rodaballo, lubina, rey, así como variedades de temporada y sapitos de ración, merluza y chipirones en su tinta o a la plancha.
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Y en calidad no les van a la zaga las carnes de ganado mayor, con el chuletón (vaca rubia gallega) como protagonista, que sirven en taquitos al ajillo, doraditos en la plancha. Para rematar el condumio, los postres son caseros en su mayoría.
Su oferta se centra en seis menús, entre ellos el de mariscada y parrillada, que sirven en un comedor para 50 pax en servicio de comidas. También ofrecen menú del día, de los que suman entre 80 y 100 diarios.
El antiguo comedor de la planta de arriba es ahora un espacio donde Antonio, el propietario del negocio, exhibe sus colecciones, de los artículos más diversos (coches, discos, botellas antiguas...). Por ellas es conocido entre sus clientes, de varias generaciones, que conviven alrededor de la mesa.
La bodega del Karlos está surtida de vinos, especialmente los blancos que acompañan bien al marisco, con el albariño como estrella, pero también ribeiro, godello y txakoli vizcaino. Y, por supuesto, cavas y champagnes. Para que no falte de nada a su clientela, que se mantiene fiel a lo largo de los años.
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