El truco que hace que hasta los que odian el brócoli lo coman encantados
Para muchos, su olor intenso y su textura al hervirse lo convierten en un plato poco apetecible
Pocas verdurasgeneran tanta división de opiniones como el brócoli. Para muchos, su olor intenso y su textura al hervirse lo convierten en un plato poco apetecible, especialmente para los más pequeños de la casa.
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Sin embargo, esta crucífera, rica en fibra, antioxidantes y vitamina C, podría tener una segunda oportunidad en la mesa. ¿El motivo? Un truco de cocina sencillo y eficaz que transforma por completo su sabor y lo convierte en un alimento mucho más atractivo incluso para quienes siempre lo han evitado. Porque, a veces, todo lo que necesita una verdura incomprendida es un cambio en su preparación.
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¿Por qué el brócoli tiene tan mala fama?
El rechazo hacia el brócoli suele tener raíces sensoriales. Cuando se hierve, liberacompuestos sulfurados responsables de su característico, y para muchos desagradable, olor. Además, su textura puede volverse blanda y poco apetecible, lo que lo convierte en un alimento que muchos prefieren evitar desde la infancia.
A esto se suma el hecho de que, en muchas cocinas, el brócoli ha sido tratado como una guarnición sin protagonismo, simplemente cocido y sin condimentos. El resultado: una verdura nutritiva, sí, pero con mala reputación.
El truco con un ingrediente clave
El error más común a la hora de cocinar brócoli es hervirlo en exceso. El truco que cada vez más cocineros y nutricionistas recomiendan para mejorar radicalmente su sabor es asarlo al horno con un toque de aceite de oliva, sal y un ingrediente clave: limón.
Al asarlo, el brócoli desarrolla notas más dulces y un exterior ligeramente crujiente, muy diferente a su versión hervida. El calor del horno carameliza los azúcares naturales del vegetal, potenciando su sabor y eliminando el olor azufrado. Además, el zumo de limón añadido al final realza su sabor y aporta frescura.
Este cambio tan simple no solo mejora la experiencia al comerlo, sino que también conserva mejor sus propiedades nutricionales que la cocción prolongada en agua.
Cómo preparar el brócoli paso a paso
La receta es rápida y no requiere habilidades avanzadas de cocina:
- Precalentar el horno a 200 °C.
- Lavar y cortar el brócoli en ramilletes medianos.
- Colocar en una bandeja para horno, añadir un chorro de aceite de oliva virgen extra, sal gruesa y, si se desea, pimienta negra o ajo en polvo.
- Hornear durante 15-20 minutos, removiendo a mitad de cocción para que se dore de manera uniforme.
- Antes de servir, exprimir medio limón por encima para potenciar su sabor.
El resultado es un plato sabroso, con una textura firme y un sabor agradable, lejos del brócoli aguado que muchos rechazan.
Variaciones para todos los gustos
Una vez dominada la técnica básica, el brócoli asado se presta a múltiples versiones. Se puede espolvorear con queso parmesano al final de la cocción, añadir semillas de sésamo para una textura diferente, o incluso combinar con salsa de yogur o tahini para un plato más elaborado.
Para los niños, una opción popular es convertirlo en chips de brócoli, cortándolo en láminas finas, asándolo hasta que quede crujiente y sirviéndolo como snack. También puede mezclarse con otros vegetales asados, como calabaza o coliflor, para una guarnición más colorida.
Beneficios nutricionales sin perder sabor
Además de mejorar su sabor, esta forma de cocinar el brócoli preserva mejor sus nutrientes. El vapor o el horno conservan gran parte de su vitamina C, que se pierde en la cocción con agua. También se mantiene su alto contenido en fibra, lo que favorece la digestión y ayuda a mantener una dieta equilibrada.
El brócoli también contiene compuestos bioactivos como el sulforafano, con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, que se degradan menos al asarse que al hervirse.
Redescubrir el brócoli
En definitiva, el truco para mejorar la verdura más odiada no es ningún secreto complejo ni requiere ingredientes exóticos. Simplemente se trata de respetar sus tiempos de cocción, cambiar el método tradicional y realzar su sabor natural.
Una bandeja de horno, un poco de aceite y unas gotas de limón pueden marcar la diferencia entre un plato rechazado y otro que incluso repiten los más escépticos. A veces, lo que necesita una verdura para pasar de odiada a estrella del menú es tan sencillo como mirarla con otros ojos y cocinarla de otra forma.
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