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La plaga de partidos amenaza al fútbol

El calendario cada vez más apretado suma voces críticas que abogan por un mayor descanso e incluso la huelga. La polémica entre Flick y De la Fuente es el último caso de la tensión entre clubes y selecciones

La plaga de partidos amenaza al fútbolEFE

La competición liguera se detendrá después de este fin de semana, pero no el fútbol, que seguirá en marcha, como durante prácticamente todo el año. La rueda no para de girar. Sin descanso. Asfixiante. A la vuelta de la esquina está una nueva ventana de partidos internacionales. La cruz para los clubes que ceden a jugadores, como por ejemplo el Barcelona, que aguardaba con recelo a la convocatoria de Luis de la Fuente. El seleccionador de España ha incluido en la lista aLamine Yamal, que apenas ha disputado 120 minutos desde que cayera lesionado durante el parón de selecciones previo, hace un mes. Y, al parecer, sigue tocado.

Se trataba de unos de los temas candentes de los últimos días, debido a las quejas procedentes del Barça personificadas por el propio entrenador Hansi Flick, quien criticó a De la Fuente por “no cuidar” a los jugadores después de que el extremo regresara lesionado de la última citación y que se marchara de la misma aquejado de dolores, según indicó el técnico culé. “El riesgo que asumimos es cero, pero el normal para un futbolista o deportista. Aquí el que viene está sano. Y si juega, es porque está en condiciones”, ha respondido De la Fuente, quien ha etiquetado a Flick de falto de empatía pese a su pasado como seleccionador. El rifirrafe, obviamente, tiene su origen en dos entrenadores que desean tener a su disposición al mismo jugador, quien por otra parte rinde a un nivel e intensidad impropios de su edad.

Lamine Yamal, un ejemplo "alarmante"

Precisamente Yamal ha sido la figura escogida por FIFPro, el sindicato global de futbolistas, para ejemplificar la sobrecarga de partidos a la que se exponen los jugadores contemporáneos. El joven de Rocafonda ha acumulado 130 participaciones con el Barça a sus 18 años, superando cualquier registro anterior. Cabe recordar que debutó con 15 años y 9 meses con el primer equipo. FIFPro compara esta cifra con los 40 partidos que a esas alturas sumaba Andrés Iniesta.

“Es ciertamente alarmante”, denuncia Darren Burgess, presidente de la red de asesoría de alto rendimiento de FIFPro, en alusión a la trayectoria de Yamal, que a estas alturas debería estar asistiendo a un periodo de “crecimiento y desarrollo”. “Exponerlos a una carga excesiva en ese momento es casi seguro exponerlos a un mayor riesgo de lesiones”, alerta. La cuestión de fondo es la exigencia del profesionalismo y el abultado y creciente calendario, una solución para exprimir la recaudación económica.

Otro caso que pone de manifiesto FIFPro es el de Rodri Hernández. El Balón de Oro de 2024 apenas pudo tener minutos la pasada temporada debido a una rotura de ligamentos cruzados de la rodilla. Cuando parecía que estaba en condición de poder volver a jugar, ya en marco del Mundial de Clubes, tuvo que volver a parar. Para FIFPro, la extenuante competición es la causante de su situación. “Por mi experiencia puedo decir que jugar 60 o 70 partidos no es óptimo”, expresó el centrocampista en su momento, llegando a asegurar que “los futbolistas estamos cerca de ir a la huelga”.

Más competiciones, más partidos

Kylian Mbappé es otra de las voces que han criticado la situación. “No es una cuestión únicamente de número de partidos, es más una cuestión de recuperación. Es necesario que haya un poco más de descanso, vacaciones para regenerar el cuerpo y digerir esta carga”, expresó el mes pasado. La primera edición del Mundial de Clubes, una nueva competición en el estrecho calendario, le privó de los 28 días de vacaciones ininterrumpidos que, como recuerda FIFPro, les corresponden a los futbolistas. Al respecto, FIFPro pone de ejemplo otros deportes: en la NBA, el equipo campeón disfruta de 14 semanas de descanso antes de retomar la actividad.

Por citar ejemplos, la pretemporada del Paris Saint-Germain, ganador de la Champions League, fue de 7 días, mientras que el Chelsea, campeón del Mundial de Clubes, dispuso de 13. Una preparación que suena inadecuada pero que es la consecuencia de la época de mayor explotación del fútbol. “Hay equipos cuya temporada empezó a mediados de julio de 2024... es el 4 de julio de 2025 y siguen jugando…”, denunció Jules Koundé.

Competiciones como la Champions League han modificado recientemente el formato para albergar más encuentros y poco antes también se creó la Nations League, con la consecuente multiplicación de partidos. Por ejemplo, Achraf Hakimi, lateral del PSG, disputó 53 compromisos a lo largo de la temporada 2023-24, mientras que el último curso alcanzó los 69.

En este sentido, FIFPro sostiene que más de la mitad de los jugadores supervisados –alrededor de 1.500– se enfrentaron a cargas laborales elevadas, con muchos superando los límites médicos recomendados. “Es imposible, si llegásemos a todo, rendir 72 partidos. Los niveles bajan, los partidos bajan de nivel y lo que los sufrimos somos nosotros y nuestras familias”, criticó Dani Carvajal.

La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) se suma a la necesidad de una revisión y reclama un descanso entre partidos de entre 72 y 96 horas, plazos ambiciosos que por otra parte son complicados de encuadrar. “Es innegociable”, sostiene la AFE. Al respecto, Carlo Ancelotti ya amenazó la pasada temporada con no presentarse a una cita si su equipo no gozaba de 72 horas de descanso.

Paradójicamente, en una entrevista concedida al AS en marzo, Yamal llevo la contraria a esta corriente de protestas. “No me entra en la cabeza jugar menos. Los jóvenes solo queremos jugar y disfrutar. El fútbol, además de ser nuestro trabajo, es lo que más nos gusta hacer. Yo no tengo queja”, apuntó. 

"Se quejan los que tienen los salarios más altos"

El presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, admitió que “el calendario de partidos ha llegado a su capacidad máxima; hemos llegado a los límites”. Pero no arrojó posibilidades de aligerar, sino al contrario, se mostró incendiario. “¿Quiénes se quejan? Los que tienen los salarios más altos y los que tienen 25 futbolistas de primer nivel. Los que cobran menos y apenas tienen once jugadores no se quejan y les encanta jugar”, criticó.