Bittor Isuzkiza (Güeñes, 17 de diciembre de 1998) está de celebración. El futbolista encartado, criado en Gordexola, disputó el domingo en el Reino de León su partido oficial número cien como jugador del Barakaldo, una marca que, sin embargo, dejó un sabor agridulce al propio futbolista, ya que no lo pudo celebrar por todo lo alto pese a ser el autor del único tanto de los gualdinegros en la victoria (2-1) de la Cultural Leonesa, líder del grupo I de Primera RFEF y que acaricia el ascenso a LaLiga Hypermotion. Isuzkiza, que no ha tenido todo el protagonismo que él hubiera deseado esta temporada, alcanza esta cifra emblemática cuando cumple tres temporadas y media en la entidad fabril, en la que recaló en enero de 2022 procedente del Sestao River pese a que pasaba de competir en Segunda RFEF a hacerlo en Tercera RFEF. Bittor debutó como gualdinegro, de la mano de Nando Alonso como entrenador, el 29 de enero de aquel año en Azkoitia frente al Anaitasuna para participar esa liga en 16 encuentros, en los que hizo tes tantos.

Llegó Imanol de la Sota al banquillo en la nueva etapa del Barakaldo como sociedad anónima y Bittor se mantuvo en el plantel, con el que, tras jugar en 25 partidos y firmar cuatro goles, consiguió el ascenso a Segunda RFEF, el tercero en su carrera deportiva, ya que con anterioridad saboreó el salto a esa categoría en las filas del Portugalete (2020) y una año después como jugador del Sestao River. Isuzkiza volvió a renovar y también fue un jugador importante en la pasada campaña, al colaborar, con 35 partidos disputados y cinco goles, en el segundo ascenso consecutivo de la entidad a Primera RFEF, categoría esta en la que presenta 27 encuentros en los que ha comparecido, con 1.277 minutos consumados y dos tantos materializados.

Isuskiza –que se formó en la cantera del Barakaldo hasta que fichó por el Somorrostro, ya en la extinta Tercera División y a sus 18 años, para jugar después en los tres equipos mencionados, cuyas respectivas localidades están enlazadas entre ellas en apenas seis kilómetros– reconoció en una entrevista concedida hace un año a DEIA que es autocrítico, ya que “cuando hago las cosas mal no tengo ningún problema en admitirlo” y apuntó que, antes de colgar las botas, su deseo será jugar algún día en el equipo de su pueblo, un Gordexola que esta campaña no ha logrado el objetivo de la permanencia en División de Honor vizcaina, por lo que retorna a la Territorial Preferente