Comunicado íntegro
Con profundo dolor y el corazón encogido, el ARENAS CLUB lamenta el fallecimiento de nuestro querido Kali, tras una vida dedicada en cuerpo y alma a esta institución.
Kali no era un empleado, era familia. Durante más de 30 años, vistió nuestros colores con una entrega incomparable, siendo testigo silencioso de triunfos, derrotas y momentos históricos. Sus manos cuidaron cada detalle, su sonrisa iluminó vestuarios, y su compromiso trascendió lo profesional para convertirse en un pilar humano de este club.
Era el primero en llegar y el último en irse. Para él, el ARENAS CLUB no era un trabajo: era su hogar, su pasión y su otra familia. Su legado no se mide en trofeos, sino en el respeto que cosechó de generaciones de jugadores, técnicos y aficionados que encontraron en él un amigo leal y un ejemplo de humildad.
Hoy recordamos que su último día entre nosotros estuvo marcado por la alegría más pura: celebró, junto a toda la familia arenera, el título de Campeones de Liga que devolvió a su amado equipo a lo más alto. Su Arenas, nuevamente campeón. Kali, con esa sonrisa franca que tanto le definía, vivió ese triunfo como un sueño cumplido. Un broche de oro a más de tres décadas de entrega absoluta.
Hoy, el club entero llora su perdida, pero también celebra la vida de un hombre extraordinario que nos enseñó que el verdadero valor del fútbol está en las personas.
Nuestro más sentido pésame a su familia, amigos y a todos los que, como nosotros, tuvieron el privilegio de compartir camino con él. Descansa en paz, Kali. Eternamente, uno de los nuestros.