Aitor Uzkudun (Donostia, 13 de diciembre de 2000) se desenvuelve mejor en el área rival que ante una grabadora, faceta esta última en la que proyecta cierta timidez. El jugador del Arenas –formado en la Real Sociedad y que ha militado también en el Vitoria (el actual Eibar B) y en el Calahorra—, sumó el pasado sábado ante el Deportivo Aragón, el filial del Zaragoza, su séptimo gol del presente curso, de muy bella factura en su ejecución; reconoce que es un delantero centro a la vieja usanza, “peleón, que va a todas y me va bastante bien rematar de cabeza”; y dice que la opción del ascenso a Primera RFEF “es un reto muy bonito”.
Volvió a ver puerta cuatro jornadas después y su gol sirvió para que el Arenas abriera la lata en el partido frente al Deportivo Aragón. ¿Qué le dice el cuerpo?
—La verdad es que tenía ganas de volver a marcar. Muy contento, además de ayudar al equipo a sumar otra vez los tres puntos.
Fue un gol de bella factura, una jugada bien trenzada con la asistencia de Zabaleta ¿Cómo recuerda la acción?
—Vi que Eneko (Zabaleta) levantó la cabeza e iba a poner directamente el balón al área. Y entré por delante del central y salió bien el remate. Así que muy contento.
Son movimientos que se tienen automatizados, ¿no?
—Sí, el míster nos hace mucho hincapié en esos movimientos en el área y estamos trabajándolos mucho durante la semana. Y, al final, pues van saliendo en los partidos.
Para poner la guinda, la jornada salió redonda para los intereses del Arenas, con la derrota de Eibar B, el líder, y el empate de la SD Logroñés, tercer clasificado.
—Sí, la verdad es que ha sido una jornada muy buena en resultados para nosotros. Ahora, más que nunca, tenemos que seguir apretando como lo hacemos en el día a día. Y el objetivo es sacar los tres puntos para engancharnos otra vez arriba.
Pese a ser segundos, dependen de sí mismos para conseguir el ascenso directo. ¿Le pone el reto o le da vértigo?
—Es un reto muy bonito que tenemos por delante. Todos tenemos mucha ilusión de acabar el año lo mejor que podamos, pero, como siempre decimos, vamos partido a partido, pensando en el Alavés B, en ganar, que así nos ha ido bien.
Es su séptimo gol en lo que va recorrido de liga y supera su marca anual de goles, que fue en su segunda temporada con el Vitoria. ¿En qué se ha reinventado?
—No he tenido temporadas muy goleadoras, pero creo que ahora estoy ocupando mejor el área, siendo consciente de cada movimiento. Y es verdad que este año el míster y el cuerpo técnico me están ayudando mucho en mejorar ese aspecto de mi juego. Creo que lo estoy mejorando y se está notando en el campo.
Volvamos a la acción de su gol el pasado sábado. La ejecución es propia de un delantero centro a la vieja usanza. ¿Se considera así?
—Sí, me considero un delantero peleón, que va a todas, que trabaja lo máximo. Y me va bastante bien rematar de cabeza, así que se podría decir que sí.
No es muy alto para ser delantero centro, pero su poderío físico le hace ganar muchos duelos. ¿Nota que ha dado un paso adelante?
—Sí, este año me noto muy bien físicamente y estoy con mucha confianza también. Estoy en mi mejor momento como futbolista.
¿En qué debe mejorar?
—En usar las dos piernas. Tengo mucha tendencia a usar la izquierda y tengo que mejorar la derecha, girarme más hacia el otro lado, que lo estoy trabajando. El míster insiste mucho para mejorar esa faceta, lo estoy intentando y espero que se vea esa mejora.
¿Es impulsivo en el campo?
—Sí. Me considero impulsivo y mi juego se basa un poco en eso.
¿Le ha dado algún disgusto ese carácter?
—Alguna vez sí, por entrar un poco tarde y recibir alguna tarjeta. Pero lo estoy controlando para ser mejor en el campo.
¿Qué le pide Ibai y qué le da Aitor a Ibai?
—El míster me pide que aporte mucho trabajo, que contagie al equipo, que esté todo el encuentro conectado, ocupando bien el área, descargando bien el juego, girando hacia los dos lados... Y yo intento hacer todo lo que me pide y devolverle la confianza que me está dando en el campo.
Cuando fichó el por el Arenas era un desconocido, entre comillas, en el fútbol vizcaino. ¿Cómo surgió la acción de recalar en el conjunto rojinegro?
—Cuando acabé la temporada en el Calahorra, Ibai contactó conmigo y, según hablé con él, me convenció totalmente. Me pareció muy buena opción venir al Arenas.
Y recorridas 27 jornadas se ha convertido en una de las grandes referencias del Arenas. ¿Es consciente de que se ha asomado al escaparate, de que muchos ojos se han puesto en su persona?
—¿Si soy una referencia? Intento no despistarme con esas cosas ajenas, intento seguir en la línea de cómo estoy jugando y demostrándolo en el campo. Al final de año se verá qué hacemos.
¿Le tocó algún club en el mercado de invierno?
—Solo quiero centrarme en el Arenas.
¿Se ve el próximo curso en el Arenas o en un conjunto de mayor abolengo?
—Estoy muy contento este año con lo que estoy viviendo en el Arenas. Vamos a acabar el año y vamos a ir viendo un poco a ver qué pasa.
Es donostiarra y en el vestuario hay una especie de clan de la Real Sociedad junto a (Jakes) Gorosabel, (Manex) Iradi, (Iker) Galindo… y lógicamente también hay un clan Athletic.
—Sí, sí. Estamos varios guipuzcoanos y sí que está un poco el vestuario dividido. Pero es una rivalidad sana y el pique es bonito.
¿Y si le llama la Real? ¿O, por qué no, el Athletic?
—Son dos grandes equipos. Es muy difícil que pase, pero, en el caso hipotético de que sucediera, estaría encantado de ir a cualquiera de los dos equipos.