David Nates (Bilbao, 25 de junio de 1999) se reivindica en el Gernika, donde ejerce un rol importante en el conjunto de Gorka Iraizoz. El bilbaino repasa, en una conversación que tiene lugar en la calle Sabino Arana muy cerca de su residencia, su pasado en el Athletic –después militó en el Getxo, Urduliz, en dos etapas, Somorrostro, Barakaldo, Laredo, Portugalete y actualmente en el equipo foral–, su presente en Urbieta y sus retos personales, entre ellos, reforzar la mentalidad que evite sus desconexiones en un partido.
Se han librado con la victoria sobre el Eibar B, que la necesitaban como agua de mayo.
—Sobre todo porque es la primera fuera de casa. Esa sensación de salir de ahí abajo, nos viene muy bien y especialmente porque se ha producido ante el que era el líder.
Así fue y después de remontar el 1-0 en el tramo final. ¿Cómo lo explica?
—La primera parte, la verdad, fue bastante mala, no fuimos lo que estábamos siendo en las últimas jornadas, pero después de la charla de Gorka (Iraizoz) al descanso cambiamos un par de cosas, fuimos más valientes y ellos nos permitió llevarnos el partido.
Vamos, que les echó la bronca.
—(Risas). Sí, en ocasiones nos las echa en los descansos.
¿Debe marcar ese partido un punto de inflexión?
—Debería, porque nos vemos capaces de que, haciendo las cosas como las debemos hacer, podemos ganar al líder o a quien se ponga delante.
¿Qué le ha faltado a este Gernika para sacar más resultados?
—Nos ha faltado ser más contundentes en las dos áreas. Hemos tenido ocasiones en varios partidos que no hemos sabido rematar y a balón parado nos han marcado bastante fácil, lo que nos ha penalizado.
¿Qué les pide el míster?
—Nos pide que seamos muy valientes con balón, porque somos un equipo técnicamente bueno, que presionemos arriba y que busquemos siempre el triunfo.
Un triunfo que quieren sumar este mismo sábado con la visita a Urbieta del Utebo, el segundo clasificado. ¿Qué referencias tienen del equipo aragonés?
—Nos ha dicho el cuerpo técnico se trata de un equipo que juega muy bien, de hecho es el máximo goleador del grupo (22 goles), y si venimos de un partido complicado, este será aún más.
Ha jugado en todos los encuentros, los nueve de liga y los dos de la Copa Federación. ¿Se esperaba tener semejante rol?
—Venía con la confianza del año pasado y con la idea de tener muchos minutos. El primer partido no fui titular, en el segundo ya hice un buen partido en Zaragoza y a partir de ahí he podido disfrutar de minutos.
¿Está en su mejor versión?
—Creo que sí. Además, el míster está contando conmigo en muchas posiciones y es muy claro en lo que me pide, me pide que haga más números, más goles, y que llegue más a área, que es lo que me está faltando un poco. En cuando a juego, me está sacando bastante partido.
¿Le obsesiona esa falta de gol?
—Soy un jugador que cuando no marca, y cuando vengo de años de marcar, le doy muchas vueltas, pero intento ayudar en lo que puedo y si sigo haciendo bien las cosas, llegarán los goles.
¿Cómo se define?
—Soy un jugador al que el gusta estar cerca del área para aportar goles y asistencias, pero sobre todo me considero muy trabajador e inteligente en lo que me pide el entrenador.
¿En qué tiene que mejorar?
—Tengo que mejorar mentalmente bastante, estar conectado al partido más tiempo, ya que hay fases del partido en las que siento que dejo de participar. Puede ser por cabeza aunque lo llevo trabajando en los últimos años y he mejorado a nivel mental, que me ayuda a ser más constante a día de hoy.
¿Qué queda del David Nates que salió de Lezama tras no pasar el corte del Basconia?
—El jugador que soy ahora se debe en gran parte a lo que me enseñaron en Lezama, la disciplina que imponen en Lezama se te queda de por vida, como ocurre con los conceptos que te enseñan.
¿Le costó digerir su salida?
—Sí, porque cuando ves que pasas a un equipo senior fuera del Athletic los primeros años son duros. Estás acostumbrado a estar con unos compañeros en un entorno en que todo prácticamente es perfecto.
¿Cómo se lo comunicaron?
—En mi último año de contrato tras hacer la pretemporada con el Basconia me cedieron al Getxo, en Tercera División, donde creo que lo hice bien. (José Mari) Amorrortu –por entonces director deportivo del Athletic– me dijo que su intención era renovarme, pero en junio (2019) con la nueva dirección deportiva de (Andoni) Aiarza y (Rafa) Alkorta me dijeron que no contaban conmigo.
¿Le dieron alguna explicación?
—No, solo que no contaban conmigo.
Marchó al Urduliz, de ahí al Somorrostro, volvió al Urduliz y después fichó por el Barakaldo, donde despuntó con 17 goles, el segundo máximo goleador de la categoría. ¿Qué supuso su paso por Lasesarre?
—Fue cuando me di cuenta de que era un jugador que tenía condiciones y podía aspirar a jugar más arriba de donde estaba. Me dio mucha confianza el hecho de estar en un club casi profesional.
¿Por qué no renovó?
—Creí que tenía que dar un paso de subir de categoría, me hubiera gustado que fuera con el Barakaldo, tuve que mirar por mí y dar ese paso.
Y lo dio en el Laredo, en Segunda RFEF.
—Ya se había interesado por mí en invierno, pero quise seguir en el Barakaldo. Es un sitio que me hacía ilusión, porque de allí es gran parte de mi familia.
Aunque no lograron evitar el descenso a Tercera RFEF.
—Era un grupo bastante complicado, teníamos claro que el objetivo era la permanencia, pero a falta de dos jornadas se consumó la pérdida de categoría.
Regresó a Bizkaia para jugar en el Portugalete, donde sufrió el varapalo de quedarse sin el ascenso en el último minuto. Muy duro, ¿no?
—Sí. Fue un año, por una parte, muy positivo, pero te queda ese mal sabor por ese final tan cruel. Espero que este año lo consiga el Portu.